Estudiantes aprobó la prueba en Rio Cuarto

 

Trás una semana más que convulsionada en lo deportivo, económico e institucional, Estudiantes de Rio Cuarto tuvo una sonrisa al vencer en condición de local a Alumni, en un partido con muchos goles. Fue 3 a 2 a favor de los dirigidos por Dillon y la primera derrota en el certamen para los de Mazzola.

Desde el arranque, Alumni, que llegaba como líder, intentó ser un equipo corto, prolijo en lo táctico y rápido en ataque. Y Estudiantes anduvo con lo opuesto, nervioso y apurado, aunque con el cerebro intacto de César Ariel Quiroga, quien manejó los hilos en la mitad de la cancha, tratando de ser el equilibrio.

De todas maneras, el elenco villamariense pegó primero, a los 14 minutos, cuando Sebastián Godoy se escapó por la derecha y envió el centro para la definición de primera de Emanuel Bolzicco, quien marcó su primer tanto con la casaca de Alumni e hizo estallar de júbilo a los cerca de 60 hinchas visitantes que se encontraban detrás de ese arco.

Sin embargo, poco le duró la alegría al equipo dirigido por Carlos Mazzola, ya que a los 18 minutos llegó la primera gran polémica de la noche: tras un centro al área de Gerardo Godoy, Peirone cayó, apareado por la marca de Caler, y ahí nomás el árbitro, sin dudarlo, cobró penal. Un penal que sólo él pudo ver.

Nicolás Foglia empató desde los doce pasos y el clásico empezó a tomar la temperatura esperada.
El gol entonó a Estudiantes, que mejoró en su juego por la movilidad de sus delanteros y la recuperación rápida del balón que tuvo Quiroga, apoyado por Pérez, cortando la salida lenta de Javier Liendo.
Desde afuera del área, un remate cruzado de Garraza que salió desviado y otro de Peirone que estrelló el palo fueron las situaciones más nítidas que marcaban cierta supremacía del local en la mitad de la etapa. Pero Estudiantes vio luz sobre el final de ese primer período, otra vez gracias al árbitro y, en este caso, al asistente Marcos Romera, que le marcó una mano de Rivera, sin intención, luego de una maniobra de Dopazo.
En medio de las quejas y el fastidio de Alumni, Peirone rubricó el 2 a 1 y el equipo conducido por Ricardo Dillon se fue al vestuario luego de dar vuelta el marcador.
Herido por esos factores imperdonables que suele tener el fútbol, Alumni salió decidido a cambiar el rumbo de las cosas en el segundo tiempo, con la tranquilidad de Liendo para limpiar el juego y la velocidad de Maximiliano Villa para romper defensas, más el toque del “Seba” Godoy y el sacrificio del resto.
Estudiantes vio que se podía complicar la noche y aguardó expectante en la defensa, intentando -sin éxito- salir de contragolpe.

El partido se jugó entonces en campo del local, donde poco a poco crecía la lucha de Quiroga, pero no la salida clara de los laterales. Entonces Dillon leyó el juego e inmediatamente mandó a la cancha a Germán Gigena para apostar definitivamente al pelotazo largo para las réplicas.

Alumni lo tuvo en un arco, sin claridad para definir, mientras Mazzola buscó con el ingreso de un delantero de área (Federico Depetris), en lugar de un defensor (Franco Gozzerino), tomando riesgos.
De tanto ir al frente con el corazón y una presión agobiante, el equipo villamariense tuvo su premio a los 32 minutos, cuando Depetris tiró al arco, la pelota se desvió y cayó sobre Villa, quien encaró por izquierda y remató al gol para establecer el 2 a 2.

Con el empate, el clásico se ajustaba a la realidad de lo expuesto por ambos, que se brindaron por completo desde la actitud más que desde el juego.
No obstante, cuando el partido se moría, Estudiantes elaboró una acción de ataque y, tras una serie de rebotes, la pelota le cayó a Gigena, quien definió por la derecha con un toque bajo y le dio la mayor alegría a los celestes.

Alumni, que protestó por la posición adelantada del autor del gol, acusó el impacto de tal manera que ya no fue el mismo. De hecho, Daniel Ramírez se fue expulsado por roja directa y Gerardo Godoy, en un mano a mano, impidió que el resultado sea más abultado para el local.

La historia para el equipo villamariense, de todas maneras, no fue nueva. El equipo había sufrido un empate sobre el final, ante Atenas; le pasó lo mismo en San Rafael (donde ganó sobre la hora) y anoche dejó escapar la posibilidad de sumar un punto clave para mantener el invicto, a pesar de que no se puede soslayar la influencia del cordobés Cejas.

La figura
César Ariel Quiroga
Fue el equilibrio y el hombre que empujó a Estudiantes a su mejor versión. Recuperación, pase corto, manejo de los tiempos y actitud fueron las virtudes del “Bujía”. En Alumni, muy buen partido de Villa. Y positivo lo de Sebastián Godoy en el primer tiempo.

El árbitro
Federico Cejas
 Mal arbitraje del cordobés, que influyó en el resultado. Le cobró dos penales a Estudiantes, uno por una infracción que no existió y otro a instancia del asistente, sin medir la intención por una mano. Dejó pegar fuerte en el primer tiempo, pero en el segundo expulsó a Ramírez por una infracción igual que se había repetido en otras ocasiones.

Crónica de El Diario CBA
 
Foto: Telediario Digital.
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