Como convivir con una lesión en el amateurismo

“Fractura de peroné y luxación de tobillo”, ése es el diagnóstico y entre 8 meses y un año demorará la recuperación. Este es el presente de Julio Mereles, delantero del Club Social y Deportivo Victoria de Río Grande, quien se lesionó el 6 de agosto pasado, tras una jugada desafortunada en la que fue a trabar la pelota con uno de sus mejores amigos de toda la vida.

Julio César Mereles nació en un pueblito llamado Mariano Boedo, en Formosa, a 45 kilómetros de la capital provincial. En la adolescencia se fue hacia allí para estudiar y arrancó con el fútbol en un club llamado “Club Atlético, Cultural y Deportivo San Lorenzo”. Una vez de regreso en su pueblo natal, se formó una institución deportiva a la que llamaron “Club Atlético Mariano Boedo”, que militaba en la categoría C de la liga regional. Luego fue a probar suerte en la capital y jugó en equipos de la liga formoseña como “1º de Mayo”. Tras una lesión en los brazos, tomó la decisión de irse a Tierra del Fuego y desde 2009 forma parte del Club Victoria. En la pasada fecha del Torneo Federal B, cuando su equipo enfrentaba a Independiente de Puerto San Julián, a los 46 minutos del segundo tiempo fue a disputar una pelota; el defensor del equipo rival, Federico Franco, tenía la intención de impedir que el delantero y amigo desde adolescentes, se hiciera del balón y con toda la mala suerte para Julio, el choque entre ambos resultó en una grave lesión que, aunque los médicos aseguran que probablemente no logre recuperarse al 100 por ciento, Mereles tiene confianza y esperanza de rehabilitarse y regresar al fútbol.

En esta entrevista, el delantero formoseño cuenta, entre otras cosas, cómo transita este duro momento y cuáles son sus expectativas para el día en que le den el alta.

RdF – ¿Recordás cómo fue la jugada en la que te lesionás?
JM – La pelota venía por la derecha del ataque y la pido porque yo venía acercándome al área. Me la dan, hago una pared con un compañero que me la devuelve de taco y cuando estoy por quedar mano a mano con el arquero, veo que el defensor se tira de costado y que me puede ganar la pelota. Entonces trabo los pies y él me agarra el pie de apoyo. De inmediato supe que me había roto algo porque sentí el ruido del hueso quebrándose. Federico se acercó y me dijo que me había doblado el pie, a lo que respondí que no era una torcedura, sino una fractura. El arquero de Independiente se dio cuenta rápido y pidió la ambulancia. La camilla entró y me llevaron al hospital.

RdF – ¿Qué se dicen con Franco cuando hablan? Me comentabas que ya no sabe cómo disculparse…
JM – Me llama todos los días, hablamos siempre y se la pasa pidiéndome perdón. Somos amigos prácticamente de toda la vida, hasta compartimos equipo en Formosa y acá en Tierra del Fuego.
No tiene nada por lo que disculparse porque no fue algo que hizo con mala intención: él estaba haciendo su trabajo que era defender y bueno, fue una jugada fuerte en la que tuve mala suerte. Lo digo y siempre lo voy a sostener, Federico no tuvo ninguna mala intención.

RdF – Tenés dos hijos chicos, ¿qué piensan ellos de esto que te sucede?
JM – Si, tengo dos varones: Lautaro de 10 años y Matías de 7. El que más pregunta es Mati y hace preguntas de nene, “Papi, ¿te duele?”…

RdF – ¿Y físicamente, más allá de la pierna, cómo te sentís?
JM – Un poco adolorido, lógicamente, pero estoy con calmantes. Pasa que me tuvieron que poner una placa de platino, un clavo y calculo que el dolor va durar. No puedo dormir bien, porque cada seis horas se sienten los malestares; los analgésicos duran ese tiempo más o menos. La recuperación va a durar entre 8 meses a un año, y la cuestión más complicada pasa porque además de la fractura, se me generaron problemas ligamentarios. El médico me dijo que no voy a quedar del todo bien, que no cree que pueda volver a jugar.

RdF – ¿Qué se te pasó por la cabeza cuando el médico te dio su diagnóstico?
JM – Tuve fe. Soy una persona de fe y confío en que pueda quedar realmente bien. No me quiero bajonear, prefiero esperar que pase el tiempo y hacer una buena rehabilitación. Primero tengo que salir de esta operación y después el tiempo dirá.

RdF – Es una buena señal que seas optimista sobre lo que se viene…
JM – Más que optimista, trato de ser positivo. Si sé que se me viene algo malo o que me está pasando alguna cosa complicada y encima me pongo negativo, no voy a llegar a ningún lugar. Me concentro en saber que de acá a 8 meses o un año tengo que estar parado y si quiero lograr eso, tengo que ser positivo, tener buenas energías.

RdF – Pensando en el futuro, ¿creés que vayas a volver a Formosa en algún momento?
JM – Es muy difícil, pero me gustaría volver. Quizás cuando mis hijos sean más grandes porque ahora mi obligación es seguir acá y estar con ellos, no me quiero alejar.
Cuando crezcan quisiera llevarlos y que conozcan Mariano Boedo, es un pueblo muy humilde, pero yo hasta el día de hoy lo extraño. Tengo a mis padres y hermanos allá, me gustaría también ir con mi señora.

RdF – ¿Cuál es tu deseo para tus hijos?
JM – Que disfruten su niñez como yo disfruté la mía, se los deseo con todo el amor. Y mi sueño es verlos en una cancha y que puedan triunfar en el fútbol, que lleguen a ser profesionales.

RdF – ¿Hay algo que desees decir? ¿Algún agradecimiento?
JM – Quisiera agradecerles a mis compañeros del equipo, al gobierno de Río Grande que gracias a ellos me pude operar rápidamente. También a la gente de UOM (Unión Obrera Metalúrgica), a Juan Martínez, a todos ellos que me dan una mano. A mis hijos, por supuesto, a mi pareja que me apoya todo el tiempo; a toda la gente de Victoria: al DT “Colo” Míguez, a Pablo Mansilla que es el presidente, a los profes; a los médicos, ¡todos ellos hacen que no me sienta solo! A mi familia en Formosa que, a pesar de la distancia están conmigo. Tengo muchísima gente a la que agradecer.

Muchas veces cuando algunas personas me dicen que no gané nada en el fútbol, que no llegué a ningún lado, les respondo que a mí el fútbol me dio un montón de cosas; amistades, recuerdos, gente que me apoyó en momentos muy complicados. Yo gané muchísimo en el fútbol, aunque no haya sido plata.

Siempre disfruté de jugar y me hizo muy feliz. Y lo voy a seguir disfrutando a través de mis hijos, los dos juegan y aunque lo primordial es que estudien y se formen, me va a encantar verlos en la cancha.

Y no me quiero olvidar de alguien muy importante que desgraciadamente ya no está con nosotros: Roberto Siela. Él fue como un padre para todos y su familia, a quienes les envío todo mi agradecimiento y cariño, siguen apoyándonos.
Fue una pérdida muy dolorosa para todo el equipo y cada partido se lo dedicamos a él porque sabemos que desde dónde esté, nunca nos va a dejar solos.

Mereles agazapado con la pelota en su mano derecha (Federal C 2009).
Fuente: Rincón del Fútbol
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