Un triunfo netamente psicológico

El elenco paranaense llegó al Tomás A. Ducó tratando de quedarse con algo y sin proponer mucho, se llevó todo. Fue victoria 1 a 0 ante Huracán, con gol de Maximiliano Caire, quien previamente falló un penal. El miércoles, a las 21, recibirá a Sarmiento por la quinta fecha.

 

 

Cuanto de cierto hay en aquello de que en el fútbol no se habla de merecimientos. Los goles no se merecen, se hacen. Y cuanto de esto tuvo Patronato anoche, cuando por la cuarta fecha de la Zona B, derrotó a Huracán en calidad de visitante, 1 a 0, con gol de Maximiliano Caire.
Es que siendo una sombra de su rival en la primera etapa, a Patrón le alcanzó con dos ocasiones para ponerse arriba en el marcador. Primero tras un penal que malogró Caire, y luego un infortunio para Marcos Díaz con un centro del propio lateral Rojinegro que se fue cerrando para colarse en el arco local.
Desde allí la inteligencia le sirvió para desarrollar un complemento acorde con sus pretensiones. Sin brillar, ganar y comenzar desde aquí una remontada que será más que nada psicológica que futbolística, con un rodaje que llegará con la propia confianza perdida. Desde el Ducó, ¿habrá iniciado la ilusión Santa? A ratificarlo en Paraná.
EL LOCAL COMO PROTAGONISTA. En el inicio del cotejo fue el local quien impuso el ritmo del partido. Desde mitad trianguló con Vismara como dueño, sumado al buen pie de Patricio Toranzo y las sorpresas de Cristian Espinoza por la banda derecha. Es que justamente en la izquierda de la defensa del rival, fue donde insistió el Globo con el juvenil, quedando mano a mano continuamente con Lucas Márquez, quien tuvo mucho trabajo en el arranque.
Varios minutos le llevó a Patrón meterse en partido. Es que su medio nunca hizo pie, porque entre Toranzo y Vismara dominaron el balón, Brum siempre llegó a destiempo y la falta de colaboración de Canuto le permitió al Quemero avanzar en el campo de juego aunque claro, para la suerte visitante, nunca pudo ser profundo.
Llegando a los 10’ arribaron los baldazos de agua fría. Primero un desborde de Esteban Orfano llevó un centro que tuvo la primera incidencia. Penal por un agarrón de Mancinelli a Arraya para la sorpresa de todos los presentes. Mismo asombro que tuvo Maximiliano Caire cuando observó que Marcos Díaz le contuvo el penal. Poca suerte pero mucho menos eficaz fue el lateral, con un remate débil y poco esquinado. Barajar y dar nuevamente para el Santo.
EN OTRA SINTONÍA. Así estuvo Patronato en la primera etapa del encuentro. Distintos fueron los ritmos de uno y otro equipo. Por parte del Globo, su mitad siempre fue dinámica triangulando de un sector a otro y aprovechando los extremos. Por derecha Espinoza y por izquierda Martínez. Lo cierto es que siempre los carrileros quedaron mano a mano con los laterales Rojinegros, a quienes les costó. Claro que para la suerte de Fuentes y compañía, al Globo le faltó la estocada final.
¿Del otro lado? Poquito y nada. Algunas insinuaciones de Orfano por izquierda tratando de empujar a su equipo y el resto, un puñado de ganas. Es que desde la defensa salieron continuos pelotazos sin destino, buscando la recepción de Arraya y Caprari. A éstos no solo les costó ganar, sino hacerse dueño de la segunda pelota, por lo que aquello que venía desde un lado, volvía de manera inmediata.
Desde el centro Rojinegro no hubo coordinación. Brum salió siempre solo a cortar y Canuto, cuando intentó jugar, nunca encontró un socio. Así trató de sorprender el volante zurdo con pelotazos cruzados, aunque la falta de velocidad de los puntas visitantes, impidieron la sorpresa.
Asombro que si llegó para todos a los 33’, cuando Caire envió un largo centro desde mitad, con una pelota que se fue cerrando ante un adelantado Díaz, que nada pudo hacer. La revancha del lateral Rojinegro, gol y a cobrar para irse arriba al descanso.
PACIENCIA. En el inicio del complemento fue Patronato el más inteligente. Porque cedió un poco de terreno, la pelota, pero se replegó inteligentemente, apostando a una contra letal que terminase con el encuentro. La desesperación por llegar al empate lo llevó a Huracán a alternar buenas y malas. Si bien tuvo el control del balón, los espacios se fueron acortando gracias al buen trabajo visitante, y el dueño de casa vio pasar los minutos. En contrapartida a Patrón le faltó velocidad en las contras, como así también estar más fino en el mano a mano, cuestiones que le impidieron liquidar el compromiso.
Los minutos fueron pasando y el equipo de Fuentes fue afianzando el triunfo. Aplacado, paciente, trasladó el nerviosismo al Globo que siempre chocó contra la barrera impuesta por la defensa Rojinegra, gracias al buen trabajo de la dupla central.
Los cambios visitantes le vinieron bien para un nuevo oxígeno (con los ingresos de Aguilar y Lima), aunque le faltó al Santo el toque final, por lo que el partido estuvo abierto hasta el cierre.
Final que quedó en manos de Patronato, quien se lleva más de lo propuesto, pero que le sirve para iniciar desde aquí su sueño llamado ascenso. Tarde pero seguro.

 

 

Fuente: EL DIARIO.

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