Campeones del Prode

Anécdota insólita del fútbol argentino: en 1984, el plantel de Racing de Córdoba participó con una boleta en el juego de apuestas y obtuvo los 13 aciertos. Pero como hubo casi cien ganadores, ¡sólo les alcanzó para una cena!

El alto voltaje durante el partido y el desaforado festejo de los jugadores de Racing de Córdoba no condecían con el contexto. No era una final. Tampoco se definía algo importante. “Era un partido de poca trascendencia, en la sexta fecha del campeonato, pero lo jugamos con mucho nerviosismo”, recordó alguna vez Roberto Gasparini, el ex volante de la Academia, autor de los dos goles de una noche inédita, en la que el equipo cordobés le ganó 2-1 a Ferro y así completó los 13 aciertos de una ficha del Prode.

“La boleta la jugamos entre todo el plantel, eramos unas 40 personas. Era el partido televisado del lunes, el último de la fecha, y festejamos tanto porque habíamos ganado el juego de apuestas. Llegamos a ese partido con 12 puntos. Habíamos hecho una tarjeta con 4 dobles, 4 triples y 5 partidos de un solo resultados”, continuó el ex jugador, en diálogo con Mañana Sylvestre (Radio Del Plata).

El pozo aquel fin de semana era de 1,7 millones de dólares, la suma más alta en más de diez años, lo cual hacía todavía más épico al marco. Todo dependía de ellos, de los futbolistas que aquel 6 de mayo jugaron al fútbol con la cabeza de un apostador. Sin arriesgar de más, midiendo fríamente los momentos y empleando la meticulosidad típica de un experto en las carreras de caballos. Las condiciones dadas por lo ajeno a su oficio justifican por qué esa fría noche en cancha de Instituto disputaron el partido de su vida.

 La mano venía complicada para Racing ante Ferro. Sin embargo, a cinco minutos del final, Gasparini puso el 2-1 final de tiro libre y desató la locura. El abrazo en el medio no era sólo el de un equipo triunfante, sino el de once afortunados que habían ganado el premio máximo de un popular juego de apuestas. Sin embargo, el monto para cada uno fue mucho menor de lo pensado, porque casi un centenar de tarjetas coincidieron en el primer lugar. Así, con la parte de dinero que seguramente le habría alcanzado a cada jugador para una casa y un auto, apenas sirvió para una cena del plantel.

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