Todo se desarrollaba con normalidad en el Este, hasta que un piedrazo impactó en la cabeza de un hincha (mayor de edad, conocido como Nele) de Huracán Las Heras, que se encontraba en la misma tribuna donde habían periodistas y dirigentes del Globo.
Alejandro Suvire, el médico del Globo lasherino -que no había podido ingresar al campo de juego por no tener el carnet y se encontraba en lugar de los hechos- fue el primero en auxiliar al individuo, que tras el impacto que le abrió la cabeza se desplomó en el suelo.
Tras realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP) quienes asistían al hombre pudieron taparle la herida para que dejara de perder grandes cantidades de sangre. La ambulancia, que llegó media hora tarde pese a los insistentes llamados de quienes estaban en el lugar, trasladó al afectado al Perrupato, donde ahora se encuentra en terapia intensiva.
Al bochorno se le sumó una serie de malas decisiones: el jefe del operativo de seguridad, de apellido Carrasco, dio garantías para continuar el encuentro ya que sólo se trataba de «un paro cardíaco», dándole la espalda a lo que realmente había sucedido. Así, Nelson Benites, árbitro del partido, decidió continuar con un partido que debía ser suspendido.
Aunque parezca difícil de creer, el encuentro -con resultado por demás anecdótico- se continuó jugando pese a que por los inadaptados de siempre había una vida en juego. El hombre, que se encontraba en la misma tribuna en la cual hasta había hijos, familiares y demás de Huracán, fue víctima de otra agresión cobarde que empaña nuestro fútbol.
Escrito por Yamila Correa (corresponsal IF)
Foto: MendozaGol