Atlético Independiente visitó a Talleres el lunes por la noche en el Estadio ‘Mario Alberto Kempes’, en el marco de la cuarta fecha del Torneo Federal ‘A’, Zona 5, y cayó por dos goles a cero.
Cuando vamos a un partido en el que juega el equipo de Chivilcoy, hay dos cosas que hay que tener en cuenta y que por ahí nos traicionan y no llegamos a darnos cuenta en el momento caliente, mientras se disputa el partido e inmediatamente que finaliza, cuando hay que escribir sobre el desarrollo. El primero de los puntos es el sentimiento, la bronca que produce que tu equipo no gane, por lo menos empate cuando juega de visitante o en el peor de los casos que pierda pero con una actuación que convenza, nos gustaría echarle la culpa a los palos, a la mala suerte, a la perjudicante actuación del árbitro, nos duele decir que fuimos superados; el otro punto es que esa misma adrenalina, cuando en la cancha son once contra once, uno no se pone a diferenciar las categorías, analiza y con pasión los ubica a los equipos en el mismo nivel, en la misma categoría y precisamente aqui radica el quid de la cuestión, la categoría.
Cuando el que tiene la responsabilidad de analizar el juego y lo hace con más frialdad, alejado del sentimiento y de la pasión, hasta del orgullo por no reconocer que se es inferior, se da cuenta que los jugadores de Independiente -salvo algunas excepciones-, hacen lo que pueden, están peleando con guantes de once onzas -muy pesados-, están haciendo un gran esfuerzo para equiparar con corazón, con ganas, con sacrificio, una diferencia que existe desde el arranque. No es fácil lograrlo, ni para nosotros que escribimos, ni para los jugadores, los técnicos y los dirigentes, se pierde y se pun- tualizan los errores con vehemencia. Este plantel de Independiente estaba preparándose para jugar el Torneo Argentino ‘B’, es cierto que por lo hecho en aquel, había merecido subir de categoría, pero como eso no ocurrió y la invitación llegó más tarde, la contratación de jugadores y el trabajo de pre-temporada, se hizo de cara al Torneo Argentino ‘B’; lo entendemos, la invitación era tentadora, quien de nosotros que la hacemos fácil desde afuera y ahora con los resultados puestos, no hubiera aceptado tamaña distinción; la realidad por ahora -y aunque con la dignidad que el esfuerzo supremo logra, que hace que las derrotas sean dignas en su mayoría y hasta el presente-, el zapato nos va quedando grande, revertir este derrotero no será sencillo, pero como se dice permanentemente en la jerga futbolística ‘es fútbol’ y no siempre los que parecen mejores se llevan todo.
El enorme, fantástico, imponente ‘Mario Alberto Kempes’, frente a un equipo que no mostró ser de los mejores que enfrentó Independiente, con un marco maravilloso de su público, el equipo de Chivilcoy se equivocó bastante, se apichonó más de la cuenta y le hizo dos regalos en los goles, además de atacarlos muy poco durante todo todo el desarrollo del juego.
Por Rubén Darío – larazondechivilcoy.com.ar-
