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¡Peñarol campeón de la Liga Cordobesa de Fútbol!

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Finalmente, la triple apuesta de Argentino Peñarol dio sus frutos: tras una maratón interminable de partidos correspondientes a tres competiciones diferentes (Federal B, Copa Argentina y Liga local), el Millonario de Barrio Argüello, en el marco de una campaña histórica, logró alzarse con el título de la LCF por segunda vez en su historia. El héroe de la tarde fue el arquero Heber Cabrera con una gran actuación en la final ante Talleres tanto en el partido como en la serie de penales, donde contuvo dos ejecuciones.

Por Julio Oronado (@joronado – corresponsal en Córdoba para Interior Futbolero) y Matías Calviño (@piojocalvino – Interior Futbolero).

La Peña venció a Talleres por 2 a 0 en el tiempo regular y luego por penales 4 a 2. Debía remontar el 1-3 del partido de ida. De ésta manera, se consagró como el monarca en la Liga Cordobesa de Fútbol. Heber Cabrera fue figura determinante al atajar una pelota clave en el final del encuentro y 2 penales.

Durante el último mes, los de Barrio Argüello debieron transitar más de una decena de partidos entre el Federal B, la Copa Argentina y la Liga Cordobesa de Fútbol (LCF), varios de ellos con menos de 48 horas de descanso. Y todo con el mismo plantel, porque Sergio Allende se la jugó y, al final de un tortuoso camino que parecía interminable, encontró los éxitos.

Por un lado, a Peñarol le ha costado mucho el actual Federal B, competición en la que hoy se ubica en el sexto puesto de la zona 14 con 11 puntos, a seis de los puestos de clasificación cuando solo quedan tres partidos. Por otro, pudo sortear dos fases de Copa Argentina ante rivales como General Paz Juniors y Racing de Córdoba, series en las que Marcos de Tobillas supo lucirse en las definiciones por penales; pero Estudiantes de Río Cuarto, la semana pasada, le puso fin a la aventura de la Peña.

Sólo le quedaba la apuesta de la LCF, en donde estaba cumpliendo una campaña digna de campeón. Superó con holgura a Bella Vista en semifinales pero el histórico Talleres le dio un cachetazo en la final de ida al vencerlo por 3 a 1 en La Boutique de Barrio Jardín. Sin embargo, ayer en El Trampero, Peñarol puso lo que había que poner y se llevó un merecidísimo premio para el gran esfuerzo que realizaron sus jugadores, que supieron estar a la altura de todos los compromisos que debieron asumir.

Se hace difícil desarrollar lo estrictamente futbolístico cuando lo emotivo tuvo tanta importancia, ayer, en el Trampero. Pero es preciso destacar que Peñarol fue más durante todo el encuentro y mereció la victoria. Primero, Oviedo aprovechó un rebote en el borde del área y, sobre el final, Nuñez cuando parecía que el titulo se iba a Barrio Jardín. Y también hay que destacar la tapada, en tiempo de descuento, de Cabrera a Guantay. Esos 3 momentos valieron, nada más ni nada menos, poder forzar la definición desde los doce pasos.

En los penales para el local marcaron Nuñez, Rivadero, Luna y Casas. Almada hizo temblar el travesaño. El portero de la Peña estuvo a punto de contener los remates de Fazio y Cuello, pero tuvo revancha con los de Reynoso y Tissera. 4 a 2 final para lograr otro título de Liga, el segundo en los últimos 3 años.

Los disturbios post eliminación Copa Argentina, el maltrato de integrantes de su rival en el partido de ida y el cansancio de haber disputado tres competencias en simultáneo daban un cierto interrogante acerca de si la Peña podría revertir la desventaja de dos goles. Dudas que solamente se tenían afuera del terreno de juego, porque los de Allende salieron a jugar el partido del año con la convicción de poder ganarlo.

La garra, el espíritu, el amor propio y el sacrificio sirvieron para compensar la falta de fútbol y el cansancio por un año agotador. Eso sumado a un Trampero con mucha gente fueron demasiados ingredientes para que Talleres casi nunca estuviera en partido.

Este Peñarol que fue el mejor de su zona pudo revalidar esos pergaminos frente al mejor de la Sur. Poco goles en contra (apenas 14 en 26 partidos) fueron la clave del campeón. El 3-4-1-2 fue el dibujo táctico durante todo el año, cambiando nombres pero no posiciones. Dos carrileros con la indicación de sumarse a la defensa, cuando los rivales atacaban, hicieron que el arco Millonario sea casi invencible. Sólo Talleres y Belgrano pudieron marcarle 3 goles en un cotejo. Además del Matador y el Pirata, solamente Unión San Vicente y Villa Azalais pudieron vencerlo en el 2014.

Llegaban a ésta segunda final como los negros, como los indios. Nadie entiende bien qué se quiere decir con esos conceptos (o sí), pero la gente del Millonario los adoptó como propios. Y a lo negro, a lo indio, Peñarol salió campeón.

¡Felicidades Argentino Peñarol!

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