Alrededor de año 1880 el Estado argentino acentuó la inserción del país en el mercado mundial. Eso implicó una relación estrecha con quien venía haciendo de metrópoli desde 1810, Gran Bretaña. En principio, con una relación comercial, y a partir de la profundización industrial en Inglaterra, ya considerada como el taller del mundo, con fuertes vínculos financieros. Esto permitió, por una parte, el asentamiento de numerosas familias procedentes de Inglaterra en nuestro país, a tal punto que a fines del siglo XIX llegaban a cincuenta mil, y por otra parte, que se incrementarán los viajes de barcos ingleses a la costa argentina.
Los marineros y funcionarios extranjeros sorprendieron a todos cuando en las riveras o en los terrenos adyacentes de los puertos practicaban fútbol. Fue así como esa actividad echó raíces en nuestra tierra y se convirtió, con el paso del tiempo, en el deporte más popular de la Argentina.