En el año 2012 Luis Michel, su fundador, empezó en un potrero prestado a enseñarle a los pibes que lo más importante que hay en el fútbol es tratarse bien, hacer amigos y divertirse. Por eso sus equipos tienen un sello de marca registrada: los chicos son amigos, dentro y fuera de la cancha y todos tratan bien a la pelota. Juegan, ganan y gustan.
Michel anda cerca de los 50, habla como camina, despacio, sin desperdiciar nada. Todos los días de su vida cumple el mismo ritual, sale de su casa, rodeado de camisetas verdes y una bolsa repleta de ilusiones redondas, y pone rumbo a su lugar en el mundo. Un potrero de 50 x 80 cedido por la Municipalidad de Metán, donde entre 40 y 50 chiquilines por turno lo esperan ansiosos, lo saludan, le dan ceremoniosamente la mano y le dicen: "Vamos Michel, vamos a jugar".
El mundo es redondo y hay un semillero inacabable de pequeños malabaristas. Eso es algo que lo tiene muy en claro.
Pero el hombre, como todo padre de familia, afronta el día a día de llevar "el mango" a la casa. Lo hace de una manera también creativa.
Vende nafta para motos en la esquina de Mitre y 25 de Mayo, frente a la plaza San Martín, en el corazón de la bella capital del sur de Salta. Esa esquina desde las 11,30 de la mañana y después de las 19 se convierte en la más futbolera del pueblo. Por ahí pasan los aprendices de técnicos, los que llevan y traen algún chimento picante y los papis y mamis que vienen por sus proyectos de Messi.
La etapa profesional
Su padre, José Michel, era el canchero de la Liga Metanense de fútbol y vivía casi al frente de la cancha.
"Debuté en Libertad y a los 16 me fui al Deportivo Morón de Buenos Aires", recordó.
"Luego vino un paso corto por Rosario de la Frontera y el debut en un grande del norte, Juventud, todo un sueño". dijo. Fue por allá por el '88, en que el Santo deliró a su gente con una racha de 44 partidos invicto, aunque a pesar de este récord nacional que aún mantiene no logro ascender a Primera. "Me toco una época de gloria del Santo", rememoró. (Marco Mazzino)
Un paso audaz
"Mi viejo me marcó como jugador y como hombre", dice Michel. Él lo impulso, por eso no le fue difícil saber que había llegado el momento de devolver lo aprendido. Primero armo un equipo de veteranos que hoy es El Sarmiento, pero más tarde se dio cuenta que la cosa pasaba por los pibes. Ahí estaba la clave de su idea.
En 2004 fundó la escuelita de YPF y el verde y el blanco fueron sus colores. Pronto llegaron los primeros triunfos locales y más tarde los viajes a Salta, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires.
Solo faltaba ponerle el nombre y apellido al sueño.
"¿Cómo lo va a llamar?", le preguntaron en Personería Jurídica. Se miró con su señora Norma, que lo asiste los días de los partidos con el quiosco, que lava las camisetas de los pibes, y respondió con naturalidad: Deportivo Michel. Quién no iba a estar de acuerdo si, cuando alguien pregunta, todo Metán responde simplemente: "Juega en Michel".
Fuente: El Tribuno de Salta