En un primer tiempo para el olvido, de estudio eterno, fue Boca Unidos el que propuso algo más pero no lo suficiente para abrir el marcador. Schweizer y Ojeda tejieron el juego que siempre encontró respuesta defensiva.
Por su parte el Colectivero mostró una pálida imagen con desconexiones importantes entre los externos y el mediocampo, abusando de los pelotazos. Apenas unos resabios de Ernesto Álvarez en la ofensiva hicieron ilusionar al público que se acercó al estadio.
Precisamente en los pies del delantero paraguayo llegó una clara sobre los 39’, cuando habilitó de tres dedos a Alex Garay y éste no pudo rematar con claridad dentro del área.
El equipo correntino llegó con bajas considerables en su plantel y le costó adaptarse a la grama bahiana. A esto se le sumó el mal presente futbolístico de ambas escuadras que dejaron al partido en un pozo difícil de salir.
Aún así el complemento fue la antítesis por el incremento de revoluciones a pesar del desorden general.
Pisando los 6’ Caballero le robó el esférico a su marca casi en línea final y remató de zurda muy cerca del ángulo derecho del uno; dos minutos después fue Pinti el que ganó la posición y no pudo con De León.
De repente el partido se activó en un ida y vuelta muy interesante producto de las variantes.
A los 32’ el arquero Garcete se lució con una atajada estupenda luego de un potente disparo esquinado desde afuera del área del ingresado Esteche. Fue una ‘salvada’ de otra categoría para el que se presentó oficialmente con la casaca colectivera.
El encuentro se extinguió muy lentamente. Crucero sigue acrecentando su sequía ahora con cuatro partidos sin victorias; en la próxima fecha recibirá a Juventud Unida de Gualeguaychú.