Con una genialidad de Lautaro Cerato, venció 1-0 a Huracán, que con dos derrotas seguidas y -5 en goles quedó muy complicado para clasificar a la segunda fase. El miércoles, el Chivo visita a Bella Vista por la fecha 3.
El mundo mágico de Liniers tiene a su propio Harry Potter, un mago que no necesita estar siempre en el centro de la escena, un hechicero capaz de dominar voluntades propias y ajenas mediante prácticas y técnicas que, a los 21 años, le permiten ser distinto a todos.
Dicen que este Lautaro sigue el camino del otro Lautaro, el del Inter, y puede ser, ¿por qué no? El actual 11 del “Chivo” de la avenida sube cada vez más alto la varita, a tal punto que su velocidad genera corriente y sus goles son golazos.
Lautaro Cerato es todo lo que está bien, aunque esta vez no le salieron algunos trucos que causaron sensación el miércoles pasado ante Sporting y su figura varias veces se perdió entre sombras y marcas apremiantes. Peeero, sí, claro, peeerooo…
El “Niño Maravilla” necesito de un “abracadabra” para marcar el único tanto del cotejo, con el que el albinegro le ganó 1-0 a Huracán por la segunda fecha –Zona 2– de la Región Bonaerense Pampeana Sur.
La apertura del marcador fue así: Lucas Der rechazó sin fuerza, la pelota dio en el pecho de Cerato, derivó en Mc Coubrey, quien la hizo correr para que Lautaro, abriendo el pie derecho, desde el borde del área grande y por una hendija, ponga la penalty contra un palo, lejísimos de Palazzani.
Liniers, sin ser ambicioso, rompía un partido de ajedrez, un encuentro que se caracterizó por el ritmo lento y planteos rígidos.
El “Globito”, sin su as de espadas (Dan Brian Scalco tiene pubalgia y corre riesgo su presencia en la final del 8 de diciembre), presentó un 4-4-1-1 poco pretencioso, pero así y todo fue el dueño del balón y empujó con vehemencia cuando los carrileros (Parra y Navarro) se asociaron con Guzmán (un media punta al que le costó entender cómo y por dónde se debía mover) o pivotearon con Delorte.
El del bule, que se liberó de los malos pensamientos y cambió la preocupante imagen que dejó en el 0-4 ante Bella Vista, fue más directo que un rival que se enredó con sus propias dudas e imprecisiones a la hora de atacar, porque sus volantes (cuatro con características ofensivas delante de Lefiñir, el único de contención) nunca sorprendieron con un cambio de ritmo o un rompimiento de líneas.
En el segundo tiempo, el árbitro Sebastián Navarro dejó de darle explicaciones a los insoportables de siempre y el trámite se hizo más fluido en medio de un juego cada vez más espeso.
El juez, que no falló en la conducción ni en su estrategia, debió al menos amonestar a Mauro Martínez (en la acción previa le hicieron foul y le terminaron cobrando a su favor) cuando “hachó” a Dambolena con su propio envión, y obvió apercibir a los más exaltados en tumultos sin sentido.
En esa etapa, Huracán mereció el empate, pero una doble tapada de Lucas Partal (con el pie a Navarro y con una mano a Garone) evitó la justicia en el tanteador final, que quedó a mano de un conjunto albinegro que lleva, entre torneo local y este debut en el Regional Amateur, cuatro victorias en fila y 9 encuentros sin derrotas.
Y también, con el “Niño maravilla” en llamas, cualquier desprevenido se quema vivo.
