Teniendo en cuenta el contexto y el arranque de ambos, sorprendió el nivel exhibido por el local, que jugó un primer tiempo casi perfecto y que pudo irse al vestuario con una diferencia mucho más amplia.
En contrapartida, el aurinegro no mostró ni siquiera rebeldía y si se mantuvo un largo rato en partido fue por la falta de precisión en los metros finales de su rival y algo de fortuna.
El dueño de casa logró un éxito que no dejó dudas. Superó a su adversario en todos los estamentos del juego. Lo presionó bien arriba, lo lastimó por afuera y por adentro, lo hizo lucir lento y previsible y ganó todos los duelos individuales. Incluso, las segundas pelotas fueron también del local.
Desde el vamos, Villa Mitre salió convencido que ganar era el único camino para seguir con la ilusión de pelear por el 1. Olimpo, en cambio, mostró demasiada pasividad, le pesó el partido y las circunstancia y apenas Silva mostró al algo de rebeldía.
Con todos estos argumentos, no sorprendió el asedio del anfitrión. La dupla Tunessi-Jara tuvo su tarde de gloria, bien respaldado por un equipo con todas las letras que hizo bien todos los deberes.
Al visitante le costó horrores profundizar. Demasiados pelotazos, muchas dudas en las salidas, previsible en el medio y con poco peso en ofensiva. Aún así, por esas cuestiones que tiene este bendito deporte, hasta pudo soñar en algún pasaje del juego con un empate con sabor a triunfo. Aunque fue sólo un espejismo.
El tricolor lo jugó como una final. Apeló a la memoria para recuperar la identidad que lo llevó a estar como sólido líder antes de la pandemia y justificó la ventaja inicial, pese a que despilfarró varias ocasiones para no depender de la diosa fortuna.
Luego de varias ocasiones propicias, el local rompió merecidamente el cero a los 16 minutos. Formigo habilitó a Jara, Cosentino se apresuró en salir, el punta formado en Libertad alcanzó a tocar para atrás, mientras Ferreyra se llevó por delante la pelota para dejar a Tunessi de cara al gol. Y el de Río Colorado metió un puntazo de derecha entre las piernas del 1 visitante.
Villa Mitre no se conformó con la ventaja inicial. Lo siguió lastimando sobre todo por la derecha, donde el visitante mostró llamativas falencias. Sin embargo, perdonó una y otra vez a su rival y lo mantuvo con vida.
Hasta que Jara volvió a romper por la punta derecha, mandó el centro, Maxi López la bajó de cabeza y el balón dio en la mano abierta de López Alba que Ceballos juzgó como penal. Tunessi se hizo cargo y no falló con un derechazo rasante contra el poste derecho de Consentino, quien adivinó el palo, pero no pudo evitar el 2 a 0.
Cuando parecía que el tricolor se iba al intervalo cómodo y con aire –le pasó factura el desgaste físico en los últimos minutos de la primera etapa–, Olimpo se puso en partido. Tunessi le cometió una falta al bueno de Silva, éste se hizo cargo del balón detenido y Ferreyra –con un desvío en el camino– descontó de cabeza para abrir un interrogante en el segundo período.
La escuadra de Alejandro Abaurre –decidió mantener los mismos once en cancha– salió con otra cara en el complemento. Al menos, se plantó más adelante, guiados por Silva que se encargó de ponerse el equipo al hombro.
El dueño de casa comenzó a retroceder luego de tanta intensidad en la primera fracción y su adversario se le vino con pelotas aéreas.
El aurinegro siguió mostrando deficiencias defensivas y escasas ideas para generar juego al ras del piso. De hecho, los delanteros prácticamente no se pudieron poner nunca de frente a Tavoliere.
Jara perdonó en un mano a mano, al tiempo que el DT visitante comenzó con las variantes para buscar llegada por afuera. Pero siempre el local fue más. Incluso, el ingreso del “Chino” Torres fue un bálsamo para buscar cerrar el partido.
Tunessi pudo haber sentenciado de no ser porque justo se cruzó Ferreyra luego de una muy buena maniobra entre Ramírez y Torres.
Y a falta de 17 minutos, el anfitrión le bajó la persiana al clásico. Torres se la robó casi infantilmente a López Alba y le puso un centro milimétrico para que Tunessi cerrada su tarde esplendorosa con un gran anticipo, mientras los pocos privilegiados dirigentes tricolores empezaban a festejar por anticipado.
El resto del encuentro estuvo de más. Y Villa Mitre tuvo tiempo para celebrar un éxito que quedará grabado a fuego como el de mayor disparidad entre un equipo y otro desde aquella goleada aurinegra con los goles del “Zungui” Blanco.
Así, el pueblo tricolor vuelve a soñar con el salto de categoría, aunque esa será otra historia que se escribirá más adelante.