Guaraní Antonio Franco vive horas tensas. Ayer, los jugadores amenazaron con no entrenar, argumentando que se les adeuda el pago de su sueldo desde el mes de enero. Tras estar reunidos durante más de una hora, trotaron por 15 minutos en el Clemente Argentino Fernández, y ahora esperan reunirse con Roberto Enríquez, presidente de la institución franjeada.
Una hora y 20 minutos después de la hora pautada, el plantel de Guaraní asomó ayer por el túnel del Clemente Argentino Fernández de Oliveira y trotó durante 15 minutos. No ocupó los instrumentos que dispuso el preparador físico ni tocó siquiera una pelota. Pero hizo el movimiento de entrenar.
Antes, ingresó Osvaldo Gutiérrez, coordinador deportivo, al campo y luego al vestuario. Se retiró sin dar declaraciones y luego sí los jugadores salieron al césped para correr 15 minutos y retirarse a la espera de una reunión que se daría en el transcurso de este jueves.
En el medio, se escuchó una tajante frase de Cristian Barinaga ante la requisitoria periodística: “Que hablen los referentes, yo no soy más, yo no soy más el capitán”. Así, sin vueltas.
Entonces, ¿qué pasó adentro del vestuario? División y partes distanciadas a partir de ahora. Los más grandes, Carlos Casteglione y Julio Barraza, tomaron la posta ante la negativa de Barinaga y hablaron con los cuatro o cinco medios que llegaron hasta el estadio de Guaraní.
Dijeron frases hechas, a saber: “Queremos entrenar para demostrarle al club que está por encima de todo”; “Buscamos el diálogo porque todos necesitamos arreglar la situación”.
Salvo un par de momentos, en los cuales los experimentados se refirieron a los más chicos, esos que sí necesitan el sueldo al día, el resto fue una excusa para maquillar la marcha atrás. El entrenamiento fue un maquillaje.
Ahora se abre un nuevo capítulo, que depende sólo del presidente. En su decisión estará la llave para abrir la puerta a una solución.



