JUVENTUD UNIDA (San Luis) 0 (1) – 1 (1) UNIÓN ACONQUIJA (Catamarca)
El Auriazul no tuvo una buena tarde en San Luis, cayó 1-0 ante Unión Aconquija pero se metió en la final gracias al triunfo en la ida. Ahora enfrentará a Unión de Sunchales por un lugar en la B Nacional.
Por Andrés Acosta (Corresponsal de Juventud Unida)
El Juve jugará una nueva final por el ascenso a la Primera B Nacional después de casi 18 meses, cuando fue víctima de la ventaja deportiva ante Guaraní Antonio Franco. Ventaja deportiva que le viene guiñando el ojo al equipo de Dechat, ya que gracias a este sistema es que pudo sortear los cruces frente al Deportivo Madryn y Unión Aconquija para meterse en la serie definitoria.
En la tarde de este miércoles ante la atenta mirada de casi diez mil fanáticos, Juventud recibió al conjunto catamarqueño consciente de la importante ventaja conseguida el sábado pasado en Andalgalá. Pero nada estaba decidido.
Dechat apostó prácticamente por el mismo esquema aunque sin Marcos Fernández, ya que su lugar fue ocupado por Lucas Mazzia. La visita, por su parte, sin Salvador Mónaco en el banco de suplentes (Victor Riggio acompañó al equipo), propuso varias modificaciones en busca de los dos goles diferencia que necesitaba para meterse en la final.
En los primeros minutos no pasó demasiado. La cancha estaba rápida por la intensa lluvia caída en las horas previas al encuentro y con infracciones de uno y otro lado por el estado del campo, el partido no mostraba demasiadas variantes.
Hasta que a los 29′ Unión se puso en ventaja con un cabezazo de Toledo. El Juve perdía, estaba empatando en el global pero sabía que el resultado no era totalmente adverso gracias a la ventaja deportiva.
En el complemento y con el ingreso de Emmanuel Reinoso, de importantes aportes en estas series definitorias, en lugar de Cristian Tarragona (jugó infiltrado y tuvo que ser reemplazado), el Juve ganó en el juego aéreo pero seguía replegado en su campo y no tenía dentro de la cancha a un líder futbolístico que pudiera encabezar algún ataque.
Los minutos corrían y aunque Unión no inquietaba, Juventud corría riesgos innecesarios porque no iba a buscar decididamente el empate y desde el banco las propuestas se demoraban. Recién hubo movimiento cuando Figueroa tuvo que dejar la cancha por un fuerte golpe que recibió en un choque con De Muner, tal es así que fue retirado en ambulancia. En su lugar ingresó Mauro Aguirre, que mostró buenas intenciones pero no pudo terminar de cambiarle la cara al equipo.
En el banco estaban Marcos Fernández y Pancho Aman, las dos cartas más importantes que tiene el equipo puntano de tres cuartos de cancha en adelante pero miraban desde afuera. Recién a 10′ del final y cuando Unión ya estaba totalmente volcado al ataque, ingresó Fernández, que en la primera que tuvo, exigió a Pave con un tiro libre que muchos reclamaron que había entrado.
Los minutos finales mostraron a la visita yendo en busca del arco de Aguiar como podía, con pelotazos y sin ideas claras pero con mucha voluntad, mientras Juventud se defendía.
Afortunadamente para el Juve, el partido terminó y se metió en la final. El análisis del partido deja una sensación agridulce porque el equipo del Bajo sufrió demasiado y en parte, innecesariamente. No buscó repetir lo bueno que hizo como local durante todo el año, se replegó y no tuvo la voluntad de ir a buscar el empate, tal es así que perdió por primera vez en casa en lo que va del 2015.
Lo positivo, y que no pasará para nada desapercibido, es que se metió nuevamente en una final. Apostó a la continuidad y hoy disfruta de ese rédito que significa pelear mano a mano por el ascenso a la B Nacional. Ahora, sólo resta esperar por el rival, que saldrá de Defensores de Villa Ramallo o Unión de Sunchales.