La amenaza de cada domingo

Hace 365 días despedíamos a Emanuel y todavía la AFA no ha brindado una solución para que los campos de juegos sean un lugar seguro para los futbolistas.

El 14 de mayo del año pasado, una noticia traspasaba los límites de las pantallas que le dedican todo el día a la vida deportiva: Emanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco, perdía la vida después de haber permanecido varios días en terapia intensiva, tras haber impactado su cabeza contra un paredón durante un encuentro de la Primera C.

Por Noelia Luna

La noticia conmovió al mundo del fútbol, razón por la cual el 19 de mayo, la Asociación del Fútbol Argentino resolvió, en sesión de Comité Ejecutivo, dar un plazo de 90 días para que los campos de juego que estén rodeados por paredes de concreto cercanas a la línea de cal sean cubiertas con protecciones. Algo que, con los plazos cumplidos, sólo sucedió en un par de estadios y que a más de seis meses de lo ocurrido sigue generando preocupación en el mundo del ascenso.

Este no fue un hecho aislado, era algo que venía sucediendo en las canchas del ascenso argentino pero al no tener la mediatización suficiente por no llegar a casos tan extremos, no parecía un tema de discusión dentro de la AFA. Apenas 17 días después de la muerte de Ortega, Gonzalo Cendra, jugador de Deportivo Sarmiento de Coronel Suárez protagonizaba una escena parecida, en un partido contra Kimberley de Mar del Plata, aunque por suerte el jugador sólo sufrió un traumatismo leve y algunos puntos de sutura por el impacto.

Dos meses después, el 13 de Julio, la historia volvió a repetirse, pero esta vez el actor principal fue Javier Rossi, jugador de Barracas Central, chocando violentamente contra un muro en un partido contra Defensores, otro accidente evitable que tampoco pasó a mayores.

Con los 90 días de plazo cumplidos para proporcionar las medidas de seguridad necesarias, las cosas no solo no mejoraron, sino que las noticias de jugadores que terminaban chocando con un paredón seguían trascendiendo. El 23 de agosto, el Federal B volvió a ser protagonista de estos relatos, Pablo Lengman, jugador de Atenas de Río Cuarto, se fracturó la muñeca y se cortó una ceja al chocar con la pared del fondo de la cancha.

Un mes después, el 25 de septiembre, las alarmas volvieron a encenderse, pero esta vez en el Federal A, en Catamarca, cuando Juan Martín Capurro impactó contra otro muro lateral mientras se disputaba el partido entre Unión Aconquija y Cipolletti. Por suerte el jugador pudo interponer sus brazos ante el impacto evitando dar con la cabeza y esquivar una nueva desgracia.

Y para sumar a los casos, sólo dos días posteriores al hecho de Capurro, en la Primera C, Sebastían Gigliotti sufrió un accidente parecido en el encuentro entre Argentino de Quilmes y Midland. Accidente que tuvo más trascendencia que los anteriores, ya que el protagonista fue el hermano de un ex jugador de Boca Juniors. Razón por la cual la AFA volvió a emitir un comunicado, aunque esta vez dio un plazo de 45 días más para que los campos de juego sean reacondicionados.

Pasaron los días del plazo de ese último comunicado y sólo un puñado de canchas pudieron realizar los cambios necesarios, que consistían en colocar colchonetas en los paredones que rodean el rectángulo verde: Excursionistas, Deportivo Laferrere, Lamadrid, JJ Urquiza, Estudiantes, Talleres, Brown de Adrogué, Ferrocarril Midland, Dock Sud, San Telmo, Defensores de Belgrano, Barracas Central, Colegiales, Tristán Suárez, San Martín de Burzaco, Argentino de Quilmes y Juventud Unida que tendrá terminadas las obras en estos días, son algunos de los clubes que se vieron beneficiados con las protecciones. Número que está lejos de cubrir los miles de estadios a lo largo y lo ancho de todo el país.

Un año después las cosas no mejoraron en nada, las aguas corrieron por la AFA, las responsabilidades apuntan de un lado para otro. El vocal del Consejo Federal, Luis María Valdovinos, aseguró en su momento que: “el Comité Ejecutivo había otorgado, entre 90 y 120 días para planificar la puesta en marcha de acolchar los muros que sostienen el alambrado olímpico y que la ayuda dineraria provendría de Santa Mónica. Como muchas cosas en este país, la propuesta se fue diluyendo”.

“La solución para que los estadios reúnan las condiciones ideales de seguridad siempre gira en derredor del dinero. Cuando se reglamente, los clubes deberán encontrar la solución para que su estadio continúe habilitado. Y en ese punto, ya se entremezclan funciones, porque no es la AFA la que habilita estadios. En las provincias depende de los municipios y en CABA, del gobierno de la ciudad”, dijo Valdovinos.

Es cierto, la realidad indica que cubrir todos los estadios del país que necesitan la protección resulta bastante complicado en corto tiempo. Sin embargo, mientras el máximo ente del fútbol en la Argentina termina de confeccionar una estrategia que mezcle logística y economía para conseguir una solución total, los jugadores exponen su salud fin de semana tras fin de semana. ¿Se podrá acelerar el proceso y cuidar a los protagonistas del juego más popular del país? Eso sólo el tiempo lo dirá, mientras tanto hoy volvemos a recordar a Emanuel.