La comisión directiva de San Lorenzo presentó su renuncia tras los ataques de un grupo de barras

San Lorenzo de Alem, que este fin de semana debe afrontar la última fecha de la fase clasificatoria en el Zona 2 del torneo Federal “A”, atraviesa uno de sus peores momentos institucionales, no obstante su buen presente y con el pase a la próxima ronda prácticamente asegurado. El club no ha podido cumplir con los sueldos atrasados del plantel, descocidos atacaron la casa del dirigente Luis “Bichocho” Barrionuevo, y el presidente a cargo Luis Gallardo, anunció que después del domingo renunciará y dejará la entidad junto al presidente en uso de licencia, Gustavo Saadi.

Difícil de comprender y sintetizar en una crónica periodística, pero este es el presente de la popular institución de Los Ejidos, exitosa en los campos deportivos, pero de frágil sustentabilidad desde lo institucional y patrimonial. Aunque sus vitrinas estén repletas de copas y trofeos, y sus recuerdos plagados de vueltas olímpicas y celebraciones de campeonatos, hoy no dispone de una sede social en condiciones, y muchos menos de una cancha o campos de juego alternativos.

San Lorenzo es en la actualidad su camiseta, los jugadores, el cuerpo técnico, su hinchada y los pocos dirigentes que hasta ahora se habían animado a timonear un barco que hacía agua por todos lados. Hasta que comenzó a colapsar y mostrar, crudamente, una realidad inocultable.

Los primeros síntomas aparecieron la semana anterior con una carta de los jugadores reclamando por la falta de pago y exponiendo hasta la carencia de elementos básicos para entrenar. Esta semana continuó con la cobarde agresión de supuestos barrabravas «ocoteros” al domicilio del caracterizado dirigente Luis «Bichocho” Barrionuevo, una especie «todo terreno” en la directiva «azulgrana” que puede oficiar de observador o sugeridor de refuerzos hasta de anfitrión de referís y/o delegaciones visitantes. Y hasta de agarrase a las piñas con el primero que intentara una ofensa hacia su querido «Santo” de la Alem.

En medio de ese panorama, los jugadores no aceptaron cobrar la mitad de los haberes adeudados que les correspondían, y tensaron aún más la cuerda. Fue allí que apareció la decisión del vicepresidente a cargo, Luis Gallardo, de «dar un caso al costado”, aduciendo que «tal vez sin nosotros lleguen las soluciones”, y hasta vaticinando que «seguramente, varios jugadores se sentirán contentos de que nos vayamos”.

Pero Gallardo no se quedó ahí ya que anunció que «junto con el (presidente) doctor (Gustavo) Saadi hemos tomado la decisión definitiva e indeclinable de renunciar a nuestros cargos de presidente y vicepresidente del club San Lorenzo de Alem”, recordando que «nosotros hemos hecho y dejado mucho en el club, pero esta situación nos supera; así que lo mejor para San Lorenzo es que demos un paso al costado”, afirmó.

De todos modos, Gallardo adelantó que «para afrontar este último partido (de esta fase, porque San Lorenzo continuaría con los otros encuentros por el ascenso a la B Nacional) en Mendoza el viaje está asegurado, pero después del domingo próximo ya no estaremos en el club”.

Advertencia, amenaza o decisión tomada, la frase de Gallardo resulta casi temeraria, porque si desde el lunes ya no estarán él, ni el presidente en uso de licencia Saadi, ni «Bichocho” Barrionuevo, el primer pensamiento que surge es que San Lorenzo podría quedar a la deriva. ¿Quién se hará cargo del club?, ¿quién continuará la relación con los jugadores y el cuerpo técnico?; en definitiva quién se hará cargo de tantas ilusiones y sueños deportivos incompresiblemente destrozados por la intolerancia de estos días, pero también por la desidia prolongada de tantos años sin sentar las bases firmes de una verdadera entidad deportiva.

Fuente: Catamarca Actual