La locura pudo más

INDEPENDIENTE (Villa Obrera) 2-1 ATL. TRINIDAD (Suspendido)

Faltando 30 segundos de tiempo adicionado, el árbitro Montaña suspendió el partido por graves incidentes.

¿Por dónde empezar? Otra vez, la violencia copó la parada en un partido jugado a muerte pero que no había dado lugar para tanto descontrol. El principio del fin de la escandalosa puesta en escena final en Villa Obrera arrancó con los 4 minutos de adición que dio el árbitro Darío Montaña cuando la Villa ganaba 2-1 y se aseguraba la primera posición de la Zona 15. Llegó la expulsión del Tato González, bien decidida y desde ahí, la locura. Empezaron los primeros roces entre José Femenía de Trinidad y Franco Tapia del local. Guajardo ejecutó el tiro libre, salió la pelota rebotada y volvió para que otra vez hubiera tiro libre. Fue Leandro Evangelisti a buscar en el área de la Villa pero el centro nunca llegó. Salió al lateral y cuando Altamirano quiso hacerlo, se descontroló mal contra los hinchas de la Villa. Se devolvió, tiró la pelota y desencadenó la locura. Evangelisti se cruzó con un colaborador de la Villa que entró desde camarines y después se refugió entre sus compañeros, pero el técnico Marcelo Ontivero se sacó y lo fue a buscar. Alcanzó a golpearlo y Evangelisti terminó en el piso. Aunque rápidamente se levantó y fue atendido en el banco de suplentes. Mientras, todo fue descontrol. Se multiplicaron las discusiones, los empujones y después de que esos famosos 4 minutos de descuento se convirtieran en 25 minutos de locura, el árbitro decidió suspender el cotejo faltando 30 segundos según su cronómetro y con el resultado parcial favorable a Villa Obrera por 2-1. Nada justifica nada. Un partido no puede terminar en esa locura que ya es vergüenza ajena para todos los que amamos este deporte, porque así, lo matan todos los días.

JUGANDO, LA VILLA REPITIÓ SU FÓRMULA

Lejos de ese bochornoso cierre, hubo un partido intenso, duro. Lógico de lo que genera la cancha de la Villa y donde el local, tiene la fórmula ara hacerse invencible porque hasta ayer llevaba 5 presentaciones en su casa con 5 triunfos y ahora resta la definición de este que ganaba por 2-1 con goles de Andrés González y de Roberto Soria. Trinidad, que necesitaba los tres puntos para acariciar la clasificación, descontó a través de Guillermo Pereyra y por momentos se lo complicó demasiado a Villa Obrera que terminó pidiendo la hora aún cuando todavía lo tenía al Tato González en la cancha. En el primer tiempo, el madrugón fue de la Villa que con sus tres puntas presionó bien y a los 4’ tras una trepada de Rodrigo Jofré que llegó hasta el fondo y metió el centro para la media vuelta de Andrés González, empezó a ser ganador. Trinidad le respondió a pie firme y a los 31’ tras un penal de Lepe, el Guille Pereyra puso el 1-1 parcial y merecido. En el complemento, Soria ganó por abajo en un corner a los 17’ y establecía el 2-1 para la Villa. Pero la locura frenó todo y varios se quedaron con las ganas.

Fuente: Diario de Cuyo