En un polémico partido, Juventud perdió 2-0 con Estudiantes y dejó el liderazgo de la Zona 2 del Torneo Federal A.
Por Andrés Acosta (Corresponsal IF)
El Juve jugó el clásico ante Sportivo Estudiantes y terminó con las manos vacías. Es que el equipo del Bajo no tuvo una buena tarde y sumando el polémico arbitraje de Sebastián Mastrángelo, se le hizo muy difícil quedarse al menos con un empate que le hubiese permitido seguir compartiendo la punta con el Verde.
En el comienzo del partido, Estudiantes era más preciso y llevaba la pelota al campo de Juventud, que perdía en la mitad de la cancha y le costaba hacer pie en el rectángulo de juego.
La más claras de la primera parte estuvieron en los pies de Willians Peralta: primero, dejó en el camino a Herrera y Quiroga, y sacó un fuerte remate sobre el primer palo que Brasca mandó al tiro de esquina. Minutos más tarde, el uruguayo se hizo cargo de la ejecución de un tiro libre, a 30 metros del arco rival, y la pelota dio en el travesaño.
En el complemento, el partido seguía siendo chato y todo parecía indicar que el resultado se encaminaba a un empate, sin demasiadas emociones y chances de peligro.
Hasta que a los 10 minutos, llegaron las polémicas de la tarde. Daniel Garro ganó por izquierda y sacó un centro pasado que no encontró a nadie; Labaké y Gatto forcejearon en el área, el delantero albiverde se dejó caer y Mastrángelo marcó penal para Estudiantes. Viturro se hizo cargo de la pena máxima y convirtió el primer gol del partido. El conjunto de la dupla Morant-Ortíz se ponía arriba en el marcador.
Pero solo pasaron 5 minutos para que la historia empiece a definirse. Tras un tiro de esquina para Juventud, Labaké cayó en el área del Verde junto con su marca, Mastrángelo entendió que hubo simulación y le mostró la segunda amarilla al defensor del Juve, que vio la roja y dejaba a su equipo con uno menos. El auriazul estaba un gol abajo y encima, con inferioridad numérica.
Envueltos en un nerviosismo lógico por las decisiones de Mastrángelo y sus asistentes, que también tuvieron una floja tarea, Juventud no le encontraba la vuelta al partido y trataba de llegar al empate con más ganas que ideas.
Ya con Marcos Fernández, Iván Agudiak y Juan Pablo Rezzónico en cancha, el equipo de Tempesta se reordenaba y se paraba en cancha con línea de tres defensores, cuatro volantes en el medio y dos atacantes.
Estudiantes, por su parte, sabía que de contra podía liquidar el partido y esperaba para poder aprovechar alguna chance que le quedara.
Primero, lo tuvo Curima pero Aguiar le daba una vida más al Juve ganando en el mano a mano con el delantero. Luego, Moreira Aldana tuvo otra chance muy clara frente al arquero del Juve, que nuevamente se quedaba con el duelo ante los delanteros de Estudiantes.
Juventud iba a tener otra posibilidad clara para llegar a la igualdad pero el palo le volvía a decir que no tras un cabezazo de Chmil.
Totalmente jugado en ataque y tras una floja salida de Rezzónico, el Auriazul volvió a recibir un cachetazo: Viturro quedó solo frente a Aguiar, definió por encima del cuerpo del arquero y selló el 2-0 en favor de Estudiantes.
No había tiempo para más. Juventud no tuvo un buen partido, no pudo mostrar el protagonismo que lo caracteriza pero tampoco fue superado por su rival. El clásico se encaminaba al empate y las polémicas de la tarde terminaron favoreciendo al Verde, que poco le importó la actuación de Mastrángelo y disfruta en soledad el liderazgo de la Zona 2.
El Juve no tiene tiempo para lamentarse, deberá dejar atrás este trago amargo y recuperarse este sábado, desde las 21 horas, cuando reciba a San Lorenzo de Catamarca.
Otra vez sin acreditaciones
Lamentablemente, en Sportivo Estudiantes se están haciendo habituales algunas prácticas poco éticas y que además, rozan con lo ilegal.
Ahumada, presidente de Estudiantes, como ya lo hizo en febrero cuando su equipo recibió a Juventud durante la temporada pasada, no permitió el ingreso de distintos medios y periodistas para que realicen su trabajo. A colegas de Radio Digital, Radio Popular, Canal 13, El Diario de la República y Agencia de Noticias San Luis, se les prohibió el ingreso al estadio para que realicen la cobertura del partido para sus medios. Es decir, se les impidió trabajar, nada más y nada menos.
Sin fundamentos válidos, o en realidad, sin fundamento o explicación alguna, los periodistas no tuvieron otra alternativa que comprar una entrada para poder cumplir con su trabajo. Por eso, en la platea se los podía ver trabajar como podían. Filmando sobre una butaca o transmitiendo por teléfono fueron algunas de las opciones elegidas.
En San Luis, en el año 2014 y en plena era de las comunicaciones, Ahumada y su gente impiden que periodistas hagan lo que mejor hacen, comunicar, informar y contar lo que pasa. Lamentable.