Perdió sin atenuantes ante Deportivo Madryn por 2 a 0 en El Fortín. El lunes recibirá a Cipolletti.

Un Villa Mitre previsible no pudo con un efectivo Deportivo Madryn, que lo derrotó en El Fortín por 2 a 0 y lo llenó de dudas.
El tricolor llegó a 5 cotejos sin conocer la victoria y, lo más preocupantes, de local suma tres encuentros sin ganar y sin convertir goles.
En el cotejo pendiente de la segunda fecha mostró a un elenco local que tuvo un par de buenos momentos en el inicio del partido y en la recta final del primer tiempo, pero que mostró muchas falencias a la hora de la gestación y ciertas grietas defensivas en el complemento.
La escuadra de Jorge Izquierdo defendió bien y en el segundo período marcó la diferencia con un volante interno como Marcos Pérez, quien estuvo impecable en dos jugadas de frente al arco para meterle dos puñaladas a un adversario muy frontal, pero con escasa pausa.
A puro vértigo, los de Mungo quisieron imponer su ley. Pero esa ráfaga se extendió en el primer cuarto de hora y como no estuvo fino en la jugada final se fue diluyendo.
Un errático Tunessi y la falta de cambio de ritmo de los mediocampistas internos --Cocciarini falló en las entregas y Fabello no rompió nunca hacia adelante-- hizo que todo dependiera de la potencia de Formigo (le sirvió el gol a Tunessi) o de las escaladas de Ihitz.
El local se fue deshilachando con el correr de los minutos, aunque la visita tampoco pudo inquietar a un Tavoliere que fue espectador en la primera fracción.

Todo cambió en el complemento. Elgorriaga filtró un pase entre los centrales tricolores, nadie siguió a Marcos Pérez, quien colocó el balón contra un palo para festejar el primero.
Más por orgullo que por convicción, el local se fue a las barbas por el empate. Salió Cocciarini y entró Herrera, pero Villa Mitre siguió mostrando las mismas deficiencias.
Es cierto que Formigo --uno de los pocos que zafó del aplazo-- le puso un centro en la cabeza a Torres, aunque el 15 no le dio con dirección.
Y tras cartón llegó el segundo. Otra vez la pelota al corazón del área, Fabello se la llevó puesta y habilitó sin querer a Marcos Pérez, quien redondeó una noche brillante desairando a Tavoliere y tocando al gol.
El 0-2 fue el golpe de gracia, pese a que Herrera se perdió el descuento y Lencinas se lució ante un cabezazo de Laumann.
Un tricolor sin brújula --terminó con cuatro delanteros y hasta los dos centrales en el área ajena--, no pudo poner en aprietos al aurinegro, que perdonó dos veces para el tercero, primero con Piñero Da Silva y luego con Llanquetrú.
Villa Mitre deberá mejorar y mucho. Encontrar su norte futbolístico lo antes posible porque el lunes ya viene Cipolletti y El Fortín ya no es su gran bastión.

FUENTE: FABIÁN RODRÍGUEZ (DIARIO LA NUEVA PROVINCIA)