En la ciudad del interior de la provincia de Córdoba, le brindaron homenaje a Nahuel Molina, el hombre de la Selección Argentina que dio sus primeros pasos en Fitz Simon de Embalse.
El jueves a media mañana en la cancha del club de la ciudad, se juntaron las instituciones locales, junto con fanáticos y allegados, para felicitar, saludar y homenajear al lateral derecho del Udinese de Italia y reciente campeón de la Copa América 2021 con la selección mayor.
Se sacó fotos con quienes se hicieron presentes, brindó notas a los periodistas, y habló en público para todos los que se acercaron a la sede del Club Naútico Fitz Simon, institución que lo vio nacer y desarrollar sus primeras armas con la pelota en los pies.
Como parte del reconocimiento de todo un pueblo, el predio general del club que se encuentra pegado al bonito lago que lo identifica, llevará a partir de ahora el nombre de Nahuel Molina Lucero.
El ex Boca es el orgullo de Embalse y de la zona en sí, y esto quedó demostrado en estos días donde el cariño brindado hacia él estuvo a la altura de lo conseguido por la Selección Argentina (volvió a ganar un título tras 28 años), y de su buena trayectoria con tan sólo 23 años de vida.
Nahuel se fue a los 11 años de su pueblo dejando amigos y familiares de lado, pero todo esfuerzo lo valió. Debutó a los 16 años en la primera de Boca. Tras no tener el rodaje deseado se fue en búsqueda de minutos a Defensa y Justicia primero, y luego a Rosario Central, donde tuvo rendimientos llamativos. (Entre medio, citaciones y torneos con las selecciones juveniles argentinas). A mediados del 2020 Boca decidió no contar más con sus servicios y dejarlo libre. El siguiente destino del embalseño estaba en Italia, donde en Udinese completaría muchos minutos en la temporada y sumaría asistencias y goles importantes.
La consecuencia de su nivel: la convocatoria a la doble fecha eliminatoria, y pegado, a la Copa América, donde Argentina se colgó la medalla más linda en el pecho, luego de vencer a Brasil por 1 a 0 en el Maracaná.
Alzando la bandera de su pueblo y la del fútbol del interior, Molina inspira a todos los niños y niñas de Calamuchita, dejando en claro que los sueños se pueden cumplir.