Con una actuación sólida en defensa, el “Torito” se consolidó después del gol de Giordana, lo definió con Algozino y venció 2 a 0 a Platense para festejar una victoria histórica.

Lo necesitaba mucho. Y lo merecía, porque hubo partidos en los que había hecho méritos para quedarse con algo más y se quedó con las manos vacías. Incluso de local, se fue las dos veces anteriores cabizbajo y era un peso que se tenía que sacar de encima y se lo sacó, con una buena actuación, con dos golazos de Giordana y Algozino para el 2 a 0 de Alvarado sobre Platense.

El primer tiempo fue chato, sin demasiadas situaciones, con muchas imprecisiones y poco cambio de ritmo. Entonces, lo mejor de esos 45′ iniciales fue el pitazo final para irse al descanso a hacer un lavado de cabeza por parte de los entrenadores y tratar de mostrar una mejor versión en el complemento. Así y todo, Alvarado había tenido una para ponerse en ventaja y Germán Rivero reventó el travesaño de De Olivera. El resto fue anodino, con pases errados, con los mediocampistas como destacados y Walter Bracamonte generando buenos movimientos en su presentación.

La segunda mitad fue otra cosa. O al menos, después de la “joya” de Santiago Giordana que recibió de Ledesma habiltado entrando en diagonal, controló pero se quedó sin ángulo. En realidad, eso pareció, porque el exTemperley se inventó una definición fabulosa, con la parte externa del pie derecho, para que la pelota haga una rara parábola, superara al arquero, pegara en el palo derecho y termine en el fondo del arco para el 1 a 0 que dio tranquilidad a los 12′.

Ese tanto le dio tranquilidad y aplacó definitivamente a un Platense sin ideas, que sacó de la cancha a Susvielles, el que más había inquietado, y ya no molestó a Degrá. La diferencia era corta y el antecedente no era bueno, por eso, se festejó tanto el segundo gol, por intermedio de Lucas Algozino, que en una de las primeras que tocó, se acomodó para la zurda y metió un chanfle perfecto que se fue abriendo y alejando de las posibilidades de Jorge De Olivera. Un premio merecido para un pibe que tenía chances de arrancar de titular el torneo y una lesión lo marginó, volvió y selló un triunfo que quedará en la historia. El primero en la Primera Nacional, para un “torito” que empieza un nuevo camino, sin ese peso encima y con todo a favor mirando para adelante.