El delantero puso la cabeza y marcó su primer gol con la camiseta del Santo en Mataderos para el 1 a 0 final. Los de Ciudadela terminaron con una racha nefasta de 12 partidos sin conseguir triunfos.
¡Al fin! ¡Chau, malaria! ¡Ganó San Martín! Y es noticia: Por la sexta fecha de la Zona A de la Primera Nacional. El Santo se impuso 1 a 0 con un golazo de cabeza de Marcelo Estigarribia a los 9 minutos del segundo tiempo. El resultado es más que merecido, el abrazo del final del cuerpo técnico interino lo resume y, más allá del último centro del final, se festeja y le deja otro panorama a De Muner, quien iniciará su ciclo este martes.
El comienzo del partido había sido parejo, con una situación de peligro para Chicago de arranque, pero con San Martín bien parado en mitad de cancha, armado, bien planteado, con Tino Costa al mando de la pelota, siempre con Diarte como salida.
Y fue así como llegó la más clara del comienzo, cuando casi en contra llega el tanto de San Martín tras un gran centro de Tino. A los 11 minutos llegó la primera acción importante del partido: Rafael Barrios vio la roja y dejó al local con uno menos. Ahí se vio la mejor versión de San Martín en el campeonato. Siempre desde los pies de Costa, el Santo empezó a abrir el juego y un cabezazo de Lopes pasó por encima del travesaño apenas arriba.
Pero volvieron a aparecer las sombras que acompañaron al Santo desde el comienzo del torneo y cuyo protagonista tiene nombre y apellido: Marcelo Estigarribia. Solo con el arco a disposición, a los 27 minutos, después de un pase de Purita, la tiró desviada y sigue un gran dolor de cabeza para el Santo mientras Lucas González (ya recuperado de Coronavirus, espera en el banco).
Comenzado el segundo tiempo, llegó la revancha tan esperada para el número 9 de San Martín: cuando las críticas llovían de todas partes y su situación era insostenible en cancha (al punto de que Lucas González ingresó de todas maneras), llegó el centro de Daniel González y Estigarribia sacó un cabezazo furioso, letal, arriba, de goleador, para darle el 1 a 0 al Santo.
No es menor el grito que pegó Estigarribia apenas entró la pelota: se le infló la vena del cuello, se puso rojo justo como un Toro en Mataderos, lo gritó con furia, con bronca, una, dos, tres, cuatro veces hasta quedarse sin una gota en la voz, un completo desahogo que marca todo lo que pasó, vivió y sufrió el goleador durante estas seis fechas.
Luego, ya con Lucas González en cancha, el delantero del club desperdició un inmejorable mano a mano tras una mala salida de la defensa de Chicago: el goleador nacido en San Isidro de Lules definió suave con el pie izquierdo a las manos del arquero. Lo mismo le pasó, a los 25′, a Emiliano Purita, pero sin capacidad para definir en el mano tras un gran pelotazo de Nacho Arce.
San Martín lleva tatuada la frase: “Si no se sufre hasta el final, no es San Martín”. Y así fue. Purita lo desperdició otra vez y, a los 49′ del segundo tiempo, llegó una falta que dejó un tiro libre peligroso para Chicago: los corazones se paralizaron cuando inexplicablemente el delantero local cabeceó absolutamente solo y la tiró por arriba. Pasó lo peor y sonó el pitazo final. Ganó San Martín. Y la mitad de Tucumán es feliz.
