El presente lo condenó

José María Bianco dejó ayer de ser el técnico de Guaraní, club al que guió a la B Nacional. Se fue tras 29 meses y con un ascenso.

 twitterPor Emiliano Andreoli (Corresponsal IF desde Posadas)

Llegó como quien tiene la obligación de salvar. Salvó. Soñó, trabajó y cumplió, pero su ciclo se desgastó, la dirigencia cambió y las cosas no continuaron bien.

Por eso José María Bianco, junto con la dirigencia, decidió dar un paso al costado. «Por el bien de Guaraní, que está antes que yo», expresó Bianco al comunicar su decisión a El Territorio. No importó si la situación fuera reversible (Guaraní tiene serias chances de mantenerse en la B Nacional), entendió que las armas se gastaron y tomó la decisión, que más allá del pobre presente crea una sensación de culpa en el ente franjeado.

Pocos soñaban con que, después de haberse salvado del descenso en la primera temporada dentro del Argentino A, se llegaría a un ascenso a la B Nacional. Bianco lo logró sin necesidad de apelar a los ascensos masivos, hoy moneda corriente en el fútbol argentino.

Se repuso de goleadas, goleó, sufrió y también gozó. Guaraní pasó, bajo su dirección técnica, momentos duros y de estadías en las últimas colocaciones de las tablas. De aquel 43 por ciento de los puntos que cosechó en su llegada a Guaraní, el Chaucha pasó a entregar al club de Villa Sarita un ascenso que se tatuó como una de las páginas más gloriosas en la entidad misionera.

El 8 de junio de 2014, con gol de Tobías Albarracín ante Juventud Unida de San Luis, Bianco se abrazó a la hinchada. Recibió cariño y también lo brindó, pero a partir de allí se vendrían tiempos difíciles.

Con fortaleza y siempre consciente de que se podía salir a flote, fue pasando fecha a fecha en su primera estadía en la B Nacional. El equipo terminó esa temporada, la de transición en 2014, con sólo 18 puntos en 20 partidos. No fue suficiente para arrancar la actual competencia con optimismo.

El rosarino siguió adelante, vio cómo se le fueron ocho jugadores y también cómo arribaron otros tantos. El último sábado el presente le dio un golpe que no esperaba. El equipo no funcionó, las piezas se resintieron, los refuerzos no respondieron (de los nuevos, sólo Damián Leyes terminó en cancha) y la base que quedó de tiempos anteriores pasó a ser una salida obligatoria en el presente franjeado.

Sin recambio, ¿cómo afrontará Guaraní los cuatro partidos que deberá jugar en doce días? Esa respuesta ya será trabajo de, por ahora, Telmo Gómez.

El ahora ex técnico de Guaraní pasó ayer por la práctica, tal como lo había anunciado. «Voy a despedirme de los jugadores», afirmó antes de entrar al Clemente Argentino.

Llegó acompañado por Gustavo D’Ambrosio, preparador físico. Se evidenció emoción en la despedida, más con aquellos que no componen el plantel futbolístico. Los jugadores lo esperaron dentro del vestuario, con mucha culpa en la decisión, pero con el inmediato objetivo de seguir trabajando, porque el fútbol no se detiene en emociones.

Porcentaje bajo; gloria alta

Bianco dirigió a Guaraní en 74 ocasiones. Ganó 24 partidos, empató otros tantos y cayó en 26 oportunidades.

De los 222 puntos que disputó, ganó 88, lo que redondea un porcentaje que se estanca en el 39%, un número bajo, pero con el ascenso como ancho de espadas.

Interior Futbolero