Nombre, escudo, camiseta, colores y comisión directiva. Todo, a distancia, en aislamiento y contra viento y marea. Si el 2020 fuera una playa, el coronavirus bien podría ser la ola gigantesca que la tapó por completo hasta nuevo aviso. Sin embargo, Matías Saldívar, ideólogo y presidente de la primera y única institución fundada en tiempos de cuarentena en la Argentina, puso su sueño y el de quienes lo acompañan sobre la tabla de las videollamadas para, entre una reunión virtual y otra, surfear la pandemia, asomar la mirada y ver más allá. «Lo que nos llevó a crear un nuevo espacio fue querer abrir más puertas», dice el periodista que conduce un programa de fútbol y rock en Mega 90.1 de Mar del Plata y que, desde 2001, tiene y sostiene la intención de edificar un club. Y, con la voz amplificada por el orgullo y la alegría de contar como una realidad lo que supo ser una ilusión, agrega: «Con Marplatense rompimos el paradigma de la fundación tradicional. De lo malo siempre hay que rescatar lo bueno y de lo bueno, construir cosas mejores». Contención social, identidad y anhelos por doquier, en esta charla exclusiva con Interior Futbolero.
Por Juan Pablo Francia.
De cafés, bodegones, bares y confiterías. De amigas y amigos, jóvenes entusiastas o abuelos y abuelas. De plazas, veredas, competencias barriales, pequeños torneos convertidos en grandes campeonatos, truco, envido y alguna idea loca que dejó de serlo ni bien puesta en acción. De trabajadoras y trabajadores de una fábrica, un taller, un frigorífico, un puerto o una línea de trenes o colectivos. De necesidad, búsqueda y hallazgo de representación, compañía y pertenencia. De esos y otros tantos factores incontables se componen las historias de los miles de clubes que habitan la Argentina y transmiten, de una generación a otra, sus fotos en blanco y negro, o en sepia. Al menos así fue hasta la irrupción del coronavirus en escena. Y hasta que, desde la tierra de la Playa Bristol, los lobos marinos y la Playa Varese, emergieron los ingredientes que vinieron a innovar la receta por completo y como nunca: WiFi, pixeles, manos libres, altavoz, notebook, celular, Zoom, llamadas en espera y micrófonos activados o muteados. Y sí, una pandemia tan inusitada como hacedora de un innegable punto de inflexión. Aún así, irremplazable y esencial, persiste el elemento que soporta y supera cualquier cambio de época: la ilusión. Esa que, cien años atrás o ahora mismo, fue y es la tabla capaz de surfear la ola más alta, difícil o inimaginable que pueda traer la marea. Y esa misma ilusión con la que Matías Saldívar y quienes conforman la primera comisión directiva del Club Atlético Marplatense hicieron de la distancia, su mejor punto de reunión para empezar a escribir su historia. «Todos los clubes, según nos cuentan, se fundaron en una plaza, jugando a la pelota o en un café. Y nosotros no. Por el aislamiento social, fue mediante charlas en videollamadas. Y el acta fundacional fue un tapabocas», cuenta, entre risas y con la camiseta de su club puesta, el periodista que antes de soñar su institución supo comprometerse con el crecimiento del fútbol femenino en la ciudad que, según sus palabras, es mucho más que vacaciones. «Mar del Plata es linda y tiene vida todo el año, no sólo en el verano y con la playa. Hay mucho talento en materia deportiva y de artistas. Nosotros lo que queremos remarcar es eso, que se instale el nombre Marplatense. Porque es una ciudad con un millón de habitantes, pero todavía falta crear una identidad propia porque viene mucha gente de otros lugares. Y eso es lo que queremos fundamentar, que el marplatense se sienta orgulloso de lo suyo«.
Interior Futbolero: ¿De qué forma nació la idea que dio origen al Club Atlético Marplatense?
Matías Saldívar: Era un proyecto que tenía desde hace tiempo. La idea de formar un club para brindarles un nuevo espacio de contención social a los chicos y las chicas que están en la calle mediante el deporte y la cultura. Por diferentes motivos, no se podía desarrollar. Pero este momento de pandemia lo vimos como un envión positivo para poder realizar la fundación del club. Acompañado por mucha gente pudimos hacerlo. Los integrantes de la comisión directiva se embarcaron desde el minuto cero y ayudan desde el inicio en todo.
IF: ¿Y cómo fueron esas primeras conversaciones para la fundación?
MS: Rompimos el paradigma de la fundación tradicional con Marplatense. Porque todos los clubes se fundaron en una plaza, jugando a la pelota o en un café. Y acá no. Por el tema del aislamiento social, fue en charlas mediante videollamadas. Y el acta fundacional fue un tapabocas. Fueron complicadas las videollamadas porque, con el vicepresidente del club, teníamos bastante encaminado todo. Pero cuando empezamos a sumar miembros, nos decían que estábamos aburridos en cuarentena y cómo pretendíamos fundar un club. La mayoría de los artículos sobre deporte, en Mar del Plata, tratan de que los clubes se están fundiendo por falta de recursos. Y nos preguntaban cómo pensábamos salir con esto en ese contexto. Después, cuando mostramos los fundamentos y proyectos, vieron que no éramos ningún chiste y por suerte decidieron acompañarnos. Venimos muy entusiasmados, pero todavía no pudimos concretar ninguna reunión presencial con la comisión directiva. Estamos ansiosos para que llegue ese momento y, al menos y con el distanciamiento, poder conocernos la cara. Estamos marcando la historia porque en pleno siglo 21, donde casi todo es virtual, nuestro nacimiento también lo fue.
IF: ¿Y cuáles son esos fundamentos que ayudaron a reunir las voluntades para que el nacimiento sea posible?
MS: Tenemos como fundamentos competir en los máximos deportes marplatenses. Contamos con un profesor de boxeo, una de patín, un profe de básquet y una profesora de hockey. El proyecto fundacional se basó en el fútbol femenino y en la cuestión de género y cultural. Y la gente que nos acompaña está muy salpicada e involucrada en lo social. Pero la idea del club, más allá de jugar al fútbol o competir en torneos de otros deportes, para mí es que la gente grande esté en la confitería y sus chicos, hijos, hijas, nietos y nietas estén haciendo otra actividad. Estar en el club es no estar en la calle, ese es el concepto que tenemos. La vida social es lo fundamental. Después, lo deportivo acompaña y es un pilar importante en la estructura. Pero lo social y cultural es lo que queremos remarcar y hacer valer. Eso fue lo que más los entusiasmó. Porque si partimos de la base de fundar un club meramente futbolístico, ya hay muchos y cada integrante de comisión directiva pertenecía a uno. Aún así, estamos muy ansiosos por poder hacer pruebas y demás, pero primero queremos tener la personería jurídica porque, por ejemplo, de esa forma podríamos contratar un seguro médico para garantizar la seguridad de los planteles. Tenemos un complejo deportivo, el cual le agradezco al vicepresidente del club Juan Carlos Raiteri, en el que la idea es realizar un torneo nacional y que las delegaciones puedan alojarse en ese mismo predio. Ahí contamos con canchas de futsal, vóley y handball. Está en la zona de Parque Camet y, a unas cuadras, contamos con otro complejo de canchas de fútbol de siete, nueve y once.
IF: ¿En qué momento identificaste que aquella idea de crear un club podía hacerse realidad?
MS: En 2001. En plena crisis, yo venía jugando al fútbol en el club Independiente de Mar del Plata y esa situación nos llevó a muchos a dejar de jugar por lo económico. Muchos tuvimos que buscar otros horizontes. Chicos y chicas quedaron en la calle. Ese fue un momento determinante para preguntarme por qué no podemos hacer un club nosotros mismos. Hay 32 instituciones en Mar del Plata. Pero ¿por qué no nosotros? Venimos del ambiente social, cultural y futbolero. Y buscamos eso, crear un nuevo espacio para que los y las deportistas y artistas tengan un nuevo lugar para desarrollar sus actividades. Lo que nos llevó a crear un nuevo espacio fue querer abrir puertas. La mayoría de los clubes viven el fútbol, el básquet y el patín, que son actividades muy importantes en Mar del Plata. Nosotros, obviamente, también somos futboleros y futboleras. Y buscamos afiliarnos a la Liga Marplatense, pero el presidente ya nos dio el visto bueno para competir en el femenino y en futsal. En el masculino nos dijo que está más complicado porque ya no están afiliando clubes nuevos. Pero gracias a las instalaciones con las que contamos, ya tenemos el lugar para llevar a cabo esos proyectos que tenemos en mente.
IF: Visto con ojos de hoy, ¿cuán difícil fue hacer posible la fundación en plena cuarentena?
MS: El domingo 23 de agosto fue la fecha exacta de fundación. Pero fue complicado. En un momento, había imaginado que fundar el club iba a ser un poco más sencillo. Cuando te metés, ves las dificultades del camino. Por suerte, hay gente ayudándonos con los trámites de la personería jurídica para poder darle vida institucional al club en el marco legal que corresponde. Mediante la personería jurídica, podemos afiliarnos a distintas asociaciones oficiales en el ámbito de Mar del Plata. Somos uno de los clubes que va contra la corriente. Porque la mayoría, por no decir todos, se fundaron por el fútbol masculino o el deporte masculino. Y Marplatense se fundó con el fútbol femenino, porque el primer plantel que tenemos conformado es el superior de fútbol femenino. Con toda la estructura de la actividad, la coordinadora y los cuerpos técnicos. Así que, si bien fue difícil, venimos contra la corriente para romper ese paradigma.
IF: ¿Cuál es tu vínculo y el de Marplatense con el fútbol femenino?
MS: Soy futbolero, he jugado al fútbol y estoy involucrado con el fútbol femenino hace tiempo. Desde 2013 tengo un programa de radio en Mega 90.1 y, desde entonces, difundimos el fútbol femenino. Hemos llevado los primeros planteles de competencia oficial a la radio y siempre le hemos dado lugar. En 2015, me autorizaron para fundar el fútbol femenino en Aldosivi y en 2019 lo hicimos en Mitre. Ahí me dieron el cargo de coordinador de la actividad. Y este parate también nos motivó a crear un nuevo espacio para que todas las chicas que queden sin club puedan tener otra alternativa.
IF: ¿Y cómo se resolvió el debate por el nombre, los colores y el escudo? ¿A qué se deben?
MS: La idea del nombre del club se debió a que estamos muy orgullosos de ser marplatenses y queremos darle a la gente de la ciudad, en homenaje, un club que tenga su nombre y los identifique. Justamente, elegir el barco pesquero en el escudo fue también por un símbolo de la cultura del trabajo y una tradición que en Mar del Plata está muy arraigada. No sólo en la pesca, sino en cualquier espacio de trabajo, sacrificio y constancia. Y eso también es lo que queremos remarcar. Que sea un orgullo para la gente de Mar del Plata contar con un club que se llame Marplatense. El escudo es un triángulo levemente redondeado, con una lanchita pesquera amarilla en la parte superior izquierda, por el tradicional barco pesquero de la ciudad de Mar del Plata, con un sol naciente como simbolismo de buenos augurios y prosperidad, que está dividido en forma diagonal por una bandera argentina. Y en la parte inferior derecha tiene tres rayas verticales azules y dos amarillas. Y los colores vienen del amarillo, por el sol y la lanchita pesquera; y del azul, por el cielo y el mar. Pero hay otra versión de algunos miembros de comisión directiva que dicen que el amarillo es por Aldosivi y el azul por Alvarado, como Arsenal de Sarandí, que tiene sus colores en referencia a los más importantes clubes de Avellaneda. Ya hemos hecho el lanzamiento de las camisetas y mucha gente las compró. Eso nos puso muy contentos.
IF: Mencionaste a Aldosivi y Alvarado, ¿ya te imaginás algún clásico dentro de la ciudad?
MS: Ya con nuestro nombre, el que se nos tire en contra muy marplatense no va a ser. Tendríamos que tener un clásico zonal. Pero con la actividad va a surgir. Por el momento no me juego a elegir ningún clásico porque, por suerte, recibimos muy buena onda de todos. El primer club de la ciudad, que es Club Atlético Mar del Plata, nos escribió por Instagram deseándonos felicitaciones y eso, para nosotros, es un honor. Mar del Plata, fundado en 1906, es el decano de la ciudad. Y que nos salude nos pareció un orgullo. También hemos recibido saludos del presidente de Alvarado y muchos otros.
IF: La fundación fue un sueño y se cumplió. Ahora, ¿cuál es el que sigue para Marplatense?
MS: La camiseta, el escudo y la gente que acompaña ya componen un sueño cumplido. Es una maravilla poder hablar de Marplatense. Hay clubes que están muy encumbrados en la ciudad. Y que se hable de Marplatense ya es un sueño. Pero otro de los principales anhelos es tener los papeles en regla para poder empezar a darle su vida institucional al club, con la personería jurídica, y poder meternos de lleno en una convocatoria de futbolistas y deportistas. Porque hay muchas chicas y muchos chicos que se quieren sumar y todavía no lo podemos hacer. Queremos, primero, tener en orden todo lo legal. Y después, meternos en la Liga Marplatense de Fútbol y abarcar otras actividades oficiales como básquet, patín y boxeo. Lograr actividades y sacar a los chicos de la calle mediante el deporte es uno de nuestros sueños fundamentales.
IF: ¿Qué significa Mar del Plata para alguien que soñó e hizo realidad el Club Atlético Marplatense?
MS: Para mí Mar del Plata representa todo. Nací y viví siempre acá. He viajado y he tenido la oportunidad de conocer otras ciudades, pero me parece que Mar del Plata es hermosa. Tanto natural como socialmente. Porque Mar del Plata es linda todo el año, no sólo en el verano y con la playa. Tiene vida todo el año. Hay artistas marplatenses que tienen muchísimo talento y a veces no tienen su espacio para poder desarrollar su arte. Y hay mucho talento, también, en materia deportiva. Nosotros lo que queremos remarcar es eso, que se instale el nombre Marplatense. Después, ojalá la institución logre trascender a niveles nacionales en un Federal A o una Primera Nacional. Pero queremos instalar el nombre y crear esa identidad marplatense. Es una ciudad con un millón de habitantes, pero todavía falta crear una identidad propia porque viene mucha gente de otros lugares. En la década del 70, teníamos el estadio San Martín, donde ahora hay un supermercado, y se llenaba cuando se jugaba la liga local. Ahí jugó Pelé, hizo goles Maradona y los torneos de verano nacieron en ese estadio. Y ahora pasás y hay un supermercado. Yo me siento orgulloso de la ciudad y del club que fundamos. Entonces lo que queremos es remarcar eso, que hay que cuidar lo nuestro. Podríamos decir que somos militantes de Mar del Plata.