Claudio Yacob, la Flaca de Cremería

Reviví el reportaje exclusivo que el mediocampista central de Huracán, con pasos destacados en Racing, la Selección y en el fútbol inglés y uruguayo, le concedió a Interior Futbolero en Atlético Carcarañá, el club de la homónima localidad santafesina donde dio sus primeros pasos hasta erigirse como futbolista profesional de Primera División.

Claudio Yacob nos recibió en su pueblo natal de Carcarañá, más precisamente nos abrió las puertas en la sede del Negro de Cremería, la institución en la que echó raíces y se formó como jugador antes de trascender en el fútbol tanto nacional como internacional con sus recordados pasos en Racing, la Selección Argentina, los clubes ingleses West Bromwich y Nottingham Forest, el equipo uruguayo Nacional de Montevideo y Huracán, conjunto al que defiende actualmente.

  • «Recuerdo que iba junto a todos mis amigos de colegio a jugar a Campaña, el otro club del pueblo hasta que un día no me quisieron dejar ingresar. Entonces, Sebastián «el Chino» Angeletti -histórico jugador del club- se enteró de lo sucedido y me trajo acá a Cremería. Así que cambié las medias rojas y blanca de Campaña por las rojas y negras de Cremería.
  • «Jugué hasta la Cuarta división del club, que es como una especie de Reserva. Tuve a grandes entrenadores y formadores como Carlitos de la Cruz, Raúl «Pocho» Damiani, Dani Chesca y «Mangucha» Cisneros, que siempre me inculcaron el hecho de tomarme este deporte como una especie de diversión con responsabilidad.»
  • «Empecé jugando de 9, incluso hacía goles. Hasta que Carlitos de la Cruz en 4ta me corrió al centro de la cancha y me puso en el lugar de Marcelo «el Chino» Lescano, un ídolo de la institución que sigue jugando en el equipo. Ese día que jugué de 5 lloré terriblemente. Y a partir de ahí, jugué en el medio el resto de mi carrera.»
  • «Los clásicos con Campaña eran tremendos. Se paralizaba todo Carcarañá. La gente se agolpaba tras los metros de alambrado que delimitaba la cancha. Se subía a los árboles incluso. Yo tenía que ver el partido entre las piernas de mis papás.»
  • «Era toda una ceremonia venir al club con mi mamá (Graciela) y mis hermanos Diego y Mónica. Veníamos a almorzar y nos quedábamos todo el día hasta que se hacían las 7-8 de la noche y nos volvíamos cansados sobre todo los fines de semana.»
  • «Los días de partido tenía un ritual con mi vieja. Entre yo y ella enrollábamos las vendas y betunábamos los botines uno cada uno. Ella me acompañaba y me alentaba desde el alambrado. Los viernes y sábado teníamos charla y práctica, de cara a los partidos que se disputaban el domingo.»
  • «Me emociona recordar los días de pretemporada en que venía bien temprano al playón y me dirigía a la tribuna donde esperaba con el resto de mis compañeros imaginando cómo iba a ser la misma bajo la atenta mirada de mi vieja. Entrenábamos en donde hoy están las canchas de rugby.
  • «Me fui a Buenos Aires con 14 años. Es una decisión que ahora siendo padre de tres hijos recién comprendo el hecho de haberme alejado de mi familia a tan temprana edad. Sin embargo en ese momento, apareció la oportunidad de ir a Capital y no lo dudé. Me probé en Boca, River, Estudiantes y Newell’s antes de recalar en Racing
  • «En Buenos Aires era imposible dormir la siesta, algo sagrado en Carcarañá. Encima concentraba en un lugar cerca del obelisco. Por lo que me tuve que acostumbrar al ruido
  • «En la pensión de Racing sólo había un teléfono así que nos turnábamos para llamar a nuestros padres. Llamábamos todos los miércoles y sábado a las 8 de la noche para poder hablar con mis papás en Carcarañá, gracias a Cacho Ríos, un vecino que se los prestaba que no todos en el pueblo tenían.»
  • «Volvía cada 3-4 meses a Carcarañá y me quedaba por un día y medio pero para mis papás era como una eternidad. Me emocionaba cuando con el bondi volvía a ver el cartel de bienvenida al pueblo. Cuando crecí y me fui a Inglaterra y Uruguay venía más seguido porque extrañaba muchísimo y quería que mis hijos no se olviden de sus raíces.»
  • «Carcarañá es el lugar donde soy uno más. Soy feliz. Es el lugar donde me siento en plenitud. Veo trotar a José Sosa y lo trato como a un verano. Acá nadie me conoce la Flaca sino que yo soy el Caio.«
  • «Es muy grato saber que el club está siempre en mejora constante. Tiene una cancha que no tiene nada que envidiarle a ningún equipo de Primera División. Esta infraestructura se debe a gente del pasado y del presente que están y estuvieron desde que yo vine acá por primera vez.»
  • ”Quisiera ser entrenador pero antes me gustaría retirarme jugando algunos partidos en la Primera de Cremería. Sería algo hermoso poder cumplirle el sueño a mi vieja que ya no está y se conformaba con verme en la Cuarta.”

 

 

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