El entrenador de Ben Hur cargó con la culpa de que su equipo no se quedara con los 3 puntos ante Sanjustino. Elogió que por momentos se jugó bien por abajo pero que está faltando “saber cerrar los partidos”.
Nicolás Domenella (Corresponsal IF)
Un viejo axioma matemático dice que “el orden de los factores no altera el producto”, y si bien el fútbol se rige por resultados, este adagio no se aplica siempre en el mundo de la pelota.
La sensación de levantar un partido que te tiene a mal traer, que te obliga a tener que remarlo desde el fondo para llegar con el último suspiro a alcanzar esa única bocanada de aire que evitará finalmente el asfixio tiene ese dejo de triunfalismo dulce que se vuelve totalmente amargo cuando te toca sufrirlo en carne propia.
No es lo mismo alcanzar en el marcador al rival que te aventajó en algún momento a que te superen o jalen de la camiseta cuando estás de punto de cruzar la meta, como si te metieran una zancadilla tramposa para que te rompas la cara. Esa fue la sensación que quedó en el vestuario de Ben Hur luego del partido en casa ante Sanjustino donde el Lobo primero erró un penal, acto seguido llegó la apertura del marcador por parte del Matador.
La BH lo dio vuelta saboreando ese sabor de victoria pero en el último trago la pelota, caprichosa, tuvo destino de red y de delirio ajeno. A propósito de lo que se vivió desde el banco benhurense, su técnico Cristian Domizzi cargó con la responsabilidad de haber sido el artífice de la no victoria. Se hizo lugar no obstante para rescatar que mantiene la condición de invicto y evitó caer en frases hechas que rezan a “seguir trabajando cuando no se gana siendo que siempre hay que trabajar”, más aún en la previa de un clásico.
“Me voy con un terrible sabor amargo. Todo mal”, sentenció. “La verdad es que puede haber muchas explicaciones de lo que pasó hoy (por el martes); es más fácil tener el “sí pero…” en el fútbol; no obstante, continúo, lo único positivo que saco de esto es que seguimos invictos, hoy nos convirtieron el en un solo partido el 50% de los tantos que habíamos recibidos en estas 10 fechas que nos tocó jugar. Son de esos días en los que uno por ahí se recuesta demasiado en cuestiones tácticas y por eso me siento siempre el principal responsable cuando las cosas no salen como las esperamos. Quizá elegí mal pero lamentablemente ahora ya está”.
– A pesar de eso cuando estuvieron en desventaja supieron ir por el partido y darlo vuelta aunque en el final se les termina escapando.
– “Por eso me queda la bronca de no haber sabido cerrar el partido cuando debimos. Si me dijeran que nos empatan al minuto 35 vaya y pase pero considero que no nos pueden empatar un partido semejante en el último minuto del juego casi. Insisto en que tal vez el primer responsable soy yo porque quizá escogí mal los funcionamientos de algunos jugadores”.
– ¿El estado del campo de juego incidió en algo?
– «No creo, por el contrario, considero que es para los dos iguales ese aspecto. Es más, si hacemos una lectura muy finita encontraremos que las mejores situaciones vinieron con la pelota por el piso, basta de ejemplo el gol de Lucas Lorenzatti a pesar de haber tenido la desgracia de haber fallado el penal. Creo que me equivoqué yo al elegir el pateador”.
– Si bien perdieron la punta por primera vez de la zona, ¿hay que apuntar a recuperarse cuanto antes sobre todo utilizando como trampolín el clásico?
– “Nosotros tenemos que seguir pensando en la clasificación. En este partido si nos quedábamos con los tres puntos no tengo dudas que hubiésemos dado un paso muy importante, pero como no sucedió eso no queda otra que seguir trabajando para que se de. No voy a caer en la zanata de decir que cuando se pierde hay que trabajar más. Siempre hay que trabajar, ya sea ganando, perdiendo o empatando; de otro modo no se consiguen las cosas”.