NUEVA CHICAGO 1-0 SAN MARTÍN (Tucumán)
Bajo el sol de Mataderos y ante la multitud que siempre acompaña a Chicago, San Martín salió a la cancha pero nunca entró en partido. El equipo de Iván Delfino cayó sin justificativos en su visita. Lejos estuvo de mostrar la imagen contra All Boys, jamás le encontró el rumbo al encuentro y cayó por 1 a 0 con un golazo de Obregón.
A los 40 segundos llegó la primera para el local a través de un remate de Vega que pasó por arriba del travesaño del arco custodiado por Carrizo. Con Colazo de punta junto a Dening e Imbert atrasado, el Santo empezó a salir del intento de asedio del local en los primeros minutos.
Pero lejos de hacer pie, a los 3 minutos mostró el Santo su primera desinteligencia en el fondo con una falta fuerte de Olivera tras la falla de Bazzana para un tiro libre que finalmente no llevó peligro al arco de Carrizo.
A los 11 minutos comenzó a hacer pie el Santo y Andrada estuvo a punto de llevarse la pelota en un descuido del fondo. El partido se jugó así desde el comienzo: con los mediocampos como testigos de lo que sucedía. Curiosamente metido atrás, con Andrada desconectado, Delfino empezó a pegar gritos para que el equipo saliera del fondo y planteara otro partido.
Más luchado que bien jugado, el partido ingresó en una meseta a los 25 minutos de juego: Chicago dejó de insinuar peligro, Andrada cambió con Imbert de carril de ataque y un cabezazo de Olivera fue por primera vez a las manos de Monllor.
Pero fue a los 34 minutos cuando llegó la primera más clara del partido cuando Gallegos remató a quemarropas y encontró una atajada espectacular de Carrizo para salvar la valla del Santo. El arquero que venía de equivocarse en el gol de All Boys volvía a dar muestras de seguridad como lo había hecho en Río Cuarto, misma seguridad que dio a los 37' otra vez ante Gallegos.
A los 40 minutos se hizo justicia en el marcador: una bomba de Obregón desde afuera del área se clavó en el arco de Carrizo, quien voló inútilmente para el tanto que desató la fiesta en Mataderos antes del cierre del primer tiempo.
Durante el comienzo del segundo tiempo, Delfino metió mano, realizó cambios, pero nada modificó el panorama del Santo. Todo lo contrario: a los 15' el local volvió a estar cerca de ampliar el marcador pero la pelota dio en el palo de Carrizo. Recién a los 47' tuvo Mauro Verón la posibilidad del empate: una bomba del delantero que, con poco y nada, generó más peligro pasó cerca pero ya fue tarde. El Santo jugó mal, nunca estuvo a tiro del empate y vuelve con dudas a Tucumán, dudas que deberá resolver en la próxima fecha libre que le toca.
Fuente: El tucumano