Madre de dios… [VIDEO]

Instituto (Córdoba) 2-0 San Martín (San Juan)

Cinco meses después, y en el día de la madre, volvió a ganar en casa: 2-0 ante el líder San Martín, en una cancha vacía. Fue un parto.

Habrán sido cientos, miles, los que besaron ayer a la vieja cerquita del mediodía. Y entre una lágrima y el abrazo por su día, le pidieron en silencio por la Gloria. “Dale, mamita. Te pido que hoy en tu día gane Instituto. Si vos podés todo, vieja”.

El ritual indica que después de eso, el hincha de Instituto se despide y enfila hacia Calderón de la Barca esquina Jujuy. Pero no. Justo en el día de la madre, esa jornada tan especial y diferente (para los que la tienen y para los que falta), se quedaron en casa para sufrir por tele o por la radio el partido de la Gloria. Porque por 10 barras y el Cosedepro les impidieron estar. Les cortaron el legítimo derecho de bancar a este equipo, vaya como le vaya.

Y como no podía ser de otra manera, tuvo que ser un parto. Hubo que sufrir, que sangrar varias veces para poder tener esta alegría. Auténtica y válida como pocas. Un 2-0 ante San Martín de San Juan. Justamente el puntero de la Zona A de la B Nacional, cuando ya pasaron 14 fechas.

Porque así es Instituto. Capaz de cosas como éstas. De cuando lo dan por muerto y está último en la tabla, allá bien al fondo, se despacha ganándole al puntero. Por algo el gran Víctor Brizuela le decía siempre “el Instituto de los milagros”.

Volver a ganar en casa se sintió así. Y tan insólito es este club que su primer triunfo llegó sin su gente, sin poder compartirlo con sus hinchas y socios. Algunos estuvieron afuera de la misma cancha, sentados en la esquina del Monumental. Sintiendo como adentro se estaba jugando (y ganando) un partido bravo. En la plaza de Alta Córdoba había otras 200 personas reunidas. Locuras propias de estos hinchas que saben de banca, pero mucho más saben de sufrimiento. De padecer por este club que les complica la existencia.

Ese 2-0 ante los sanjuaninos (goles de Nico Mazzola y Javier Velázquez, de penal) de ayer fue un desahogo grande, para tener ese domingo feliz que le pidieron a sus madres.

A ellas se lo dedicaron cada uno de los jugadores ante los micrófonos tras un vestuario feliz, donde sonó Jiménez a fondo, como en las viejas (y gloriosas) épocas. “Necesitábamos ganar como sea. Lástima que no estuvo nuestra gente. Dejame que le dedique el triunfo a mi vieja, a la que está siempre”, decía el Negrito Correa, otro de los que corrió, metió y hasta jugó, porque también sabe.

El resto, todos, empujaron y demostraron que son un equipo que estaba muerto pero que revivió. Que ya había mostrado señales positivas en La Paternal ante el Argentinos de Riquelme y ayer empezó a recuperar la confianza en sí mismo. A creer que pueden.

El Albirrojo sumó cuatro de los últimos seis puntos y pudo salir del fondo de la tabla con 11 unidades. Aunque, claro, ese quinto lugar que otorga un ascenso a Primera está lejos: Nueva Chicago, que suma 20. Igual, queda trecho aún.

“Demostramos que estamos vivos. Este es un grupo que la pasó muy mal, que sufrió mucho. Pudimos lograr la victoria en casa que tanto esperamos y ahora tenemos que seguir, paso a paso. Quedan siete finales”, dijo Machín, otro de los que corrió y corrió en este sistema de presión constante que pide el DT Carlos Mazzola.

Eso se nota: el equipo hace dos partidos que no recibe goles y Barucco volvió a transmitir seguridad y a sentirse seguro en ese arco enorme que dejó Chiarini.

Vendrá Ferro el sábado que viene. Pero eso será otra historia. Dejen al hincha de Instituto tener un día, al menos, de felicidad. Un día sin malas noticias.

Por eso habrán besado anoche a la vieja antes que termine su día. Le habrán agradecido y ellas habrán mirado como sólo mira una madre. La Gloria volvió a ganar en casa después de cinco meses, desde aquel 3-0 a los mismos sanjuaninos en el campeonato pasado, cuando el ascenso parecía estar al alcance de la mano.

La madre que lo parió: ganó Instituto. Gracias, vieja. Sólo usted es capaz de estos milagros.

Los meses. Cinco. Ganó de local después de 5 meses (153 días). La última vez había sido el 19/5 también ante Sanmartín, por 3-0.

Hinchas. Aguante. No pudieron entrar, pero muchos se acercaron a la cancha o en la plaza de Alta Córdoba. La foto, de Raúl Rivero.

Con más presión. Presión. Con esa palabra se podría definir el primer y gran cambio que provocó el DT Carlos Mazzola en este Instituto que ha dado muestras de tener una forma de equipo que con Miliki Jiménez en el banco nunca tuvo.

El nuevo entrenador, primero, ordenó un sistema defensivo que no sufrió goles en los últimos dos cotejos. Y, ayer, ante San Martín volvió a demostrar que todos corren y aprietan la salida del rival. Se cuida el arco propio y trata de ser efectivo cuando tiene oportunidades. Sin ser un equipo brillante con la pelota, se anima.

Ayer, ante el líder, tuvo un buen primer tiempo, de menor a mayor, donde embocó el otro Mazzola (el 11) tras un error defensivo cuando San Martín quería agrandarse. Tras el 1-0 se vio lo mejor de la Gloria, que generó varias situaciones sin poder convertir. Algo que le hubiera dado otra tranquilidad. En el complemento se refugió y el rival se vino. En la jugada final, pudo cerrarlo en un contragolpe que terminó en penal a Velázquez. El equipo y el efecto Mazzola que se siente.

Fuente: Día a Día.

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