La Selección Argentina perdía 2-0 ante Sudáfrica y en menos de diez minutos, todo cambió.
Por Rita Moresco
Ambos seleccionados llegaban con similares estadísticas en cuanto a historia de mundiales y estaban presionados a ganar tras haber perdido en la fecha anterior.
El cotejo comenzó a jugarse de igual a igual. El equipo Albiceleste entró al campo de juego con destacadas jugadoras de nuestro interior: Vanina Correa; Sophie Braun, Miriam Mayorga, Aldana Cometti, Eliana Stabile; Lorena Benítez, Daiana Falfán, Paulina Gramaglia; Estefanía Banini, Florencia Bonsegundo; Mariana Larroquette.
Las llegadas y chances de convertir eran parejas pero el gol de las rivales llegó a los 30´ en una dudosa jugada por posible off-side que fue chequeada por el VAR y validaron el tanto. El 1-0 fue un golpe duro para las dirigidas por Germán Portanova, pero no un motivo para bajar los brazos.
Antes del fin de los primeros 45´, la cordobesa Paulina Gramaglia tuvo una clara posibilidad de convertir tras un remate cruzado que pegó en el palo. Llegada la órden arbitral, Argentina se iba al descanso con lamentos y preocupación, pero también con esas ganas de dar alegría a todos los presentes y televidentes.
La segunda mitad comenzó con aplausos y el aliento incesante de ambas hinchadas. Las Albicelestes enfocadas en poder revertir la situación y las rivales en asegurar ese triunfo tan buscado.
A los 24´ de la segunda mitad llegó el segundo gol de las sudafricanas tras una pelota que perdió Aldana Cometti y fue aprovechada por la jugadora Thembi Kgatlana para anotar el 2-0, un número que alarmaba y parecía ser el resultado final por los pocos minutos que quedaban.
Pero en el fútbol, darse por vencido nunca es opción porque todo sucede y la Selección Argentina dio cátedra de esto. A los 32´ Sophia Braun convirtió un verdadero golazo que hizo vibrar a todos. La adrenalina creció y las ganas de romper el arco adversario también. Así fue como 5´ más tarde, tras un impecable centro de la jugadora misionera Yamila Rodríguez, Romina Núñez cabeceó para empatarlo y seguir en carrera.
Un empate que se festeja como un triunfo, porque se valora el esfuerzo de cada una de ellas, la evolución futbolística que demuestran en cada encuentro y el darlo todo por nuestros colores. Son representantes de una camiseta de fútbol en un país donde el fútbol femenino está semi-profesionalizado y muchas veces, no se les da la atención que merecen. Juegan al fútbol porque aman este deporte, porque las hace felices y así lo demuestran. Los argentinos les debemos mucho, por ello le agradecemos y le regalamos aplausos en cada cotejo, independientemente del resultado. Son protagonistas de una larga historia de lucha y valentía que marcan un antes y un después.
El próximo desafío de Argentina será el miércoles 2 de agosto ante Suecia a partir de las 4:00 horas (Arg), en un encuentro correspondiente a la tercera presentación de la fase de grupos.