El boxeador de peso mediano, que será el primer púgil profesional argentino en pelear en medio de la pandemia este sábado, tuvo un pasado futbolístico luciendo los cortos como jugador del Kiwi e incluso estuvo al borde de ser contratado por Rosario Central.
No le hablen de mudanzas a Marcos Escudero. Nació hace 27 años en Córdoba capital pero creció desde pequeño en General Arenales, su patria por elección. Probó suerte en el fútbol con la camiseta de Sarmiento pero colgó los botines y encontró su vocación en el boxeo. Dejó la Argentina para emigrar a los Estados Unidos para trascender en el ring pero Machete siempre estuvo centrado pese a los cambios: él no olvida sus raíces. El Verde de Junín es un recuerdo imborrable para este guerrero de la vida, quien es el primer argentino en pelear durante la pandemia. El combate será este sábado contra el norteamericano Joseph George a las 00:30, televisación de TyC Sports y TyC Sports Play.
Con 12 años arribó al Kiwi con el sueño de ser futbolista profesional como todo argentino de ley, ya que era la ciudad más cercana que tenía su General Arenales.»Tengo los mejores recuerdos de Sarmiento y Junín. Ya hace un año y medio que no voy a Argentina, pero siempre estoy en contacto con Junín, ya es gran parte de mi vida«, contó Machete en una entrevista concedida a La Deportiva. En el Verde, entrenado por Fabio Negri, supo tener de compañeros a Ezequiel Cerutti, Facundo Albaqui, Juan Ignacio Stefanoni, Nacho Cacheiro y Renzo Spinaci. «Conozco a todos los chicos que tienen veinticinco o veintiséis años», aseguró el arenalense quien ahora luce guantes en lugar de botines.
Escudero definió su estilo de juego con la número cinco como el de un mediocampista polifuncional: “Me caracterizaba por correr mucho y meter, jugaba de cinco, no era ni un Mascherano y tampoco un Gago, era un poco de todo.”. Con el apoyo de la Municipalidad de Arenales continuó jugando en el Verde hasta los 15 años cuando decidió probar suerte en Rosario Central. En Arroyito permaneció hasta los 19 años e incluso tuvo la oportunidad de firmar contrato con el Canalla. Sin embargo, el acuerdo no prosperó y Machete pegó la vuelta a Junín, donde continuó jugando hasta los 20 años en algunas Ligas del Interior.
Al no despegar como futbolista profesional, Escudero eligió otro deporte y cambió el verde césped por la lona del cuadrilátero. A mediados de 2013, como boxeador buscó revancha en Rosario y la obtuvo. En tan sólo dos años se erigió como campeón santafesino y luego se consagró a nivel nacional como amateur. Esos resultados lo llevaron a representar la celeste y blanca a nivel internacional con los Argentina Condors. No obstante, al no poder clasificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, decidió probar suerte en tierras estadounidenses y emigró a Miami. La jugada le resultó exitosa a Machete, quien ya cuenta en su haber un récord de 12 peleas ganadas, 9 por nocaut, y 2 perdidas.
Radicado en West Palm Beach hace cuatro años, Machete no puede soslayar sus orígenes, los cuales siempre tiene presentes cada vez que puede. Su único combate en la Argentina fue de hecho en su General Arenales para convertirse en campeón latino plata el año pasado. “Agradezco a Junín, siempre tengo amigos que me hacen llegar el cariño. También a Arenales, que es la bandera que represento y a Ascensión porque una parte de mi familia está ahí por mi mujer. El 1 de agosto cuando me suba el ring no solamente se sube un argentino, sino también se sube un boxeador arenalense, juninense y ascencionense”.