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Primera Nacional

Triunfo vital para Alvarado

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ALVARADO 2-1 GÜEMES

Es el primer triunfo en el campeonato y se festeja. Porque lo necesitaba para estar tranquilo, para olvidarse del mal trago vivido en Paraná, para dejarle otra imagen a su gente y para sacarse de encima un rival directo en el objetivo principal de alejarse de la zona del descenso. Alvarado golpeó en los momentos justos, no se desconcentró con el descuento rival, aguantó ordenado y se quedó con la victoria por 2 a 1 sobre Güemes de Santiago del Estero en el «José María Minella». 

El gol en el final del primer tiempo calmó las aguas. En los 45′ iniciales, lo de Alvarado había sido pobre. Otra vez un equipo partido entre ataque y defensa, con poca profundidad y dejando espacios para el rival que tuvo las mejores situaciones de la etapa. Pero en la última, cuando se levantaba el cartel de dos minutos de adición, recibió Albertengo por izquierda, se sacó de encima a Díaz con facilidad y definió con categoría, suave, por el costado de Romero para meter la pelota pegada al caño izquierdo. Fue tranquilidad, festejo y (sobre todo) desahogo.

Porque no la había pasado bien. Aunque Güemes no fue un cúmulo de virtudes, se lo vio más cómodo con la pelota y encontró los espacios para atacar, principalmente por el lado de Bettini. Casa tuvo una clarísima de entrada, se equivocó Ortiz, el delantero se la llevó para un costado y entre Lungarzo y el central ahogaron el primer grito. En ataque, lo que hacía el local dependía mucho de lo que podía hacer Vadalá desde la individual y las trepadas de Barbieri u Olivera. El «7» la hizo bien por derecha y Albertengo no alcanzó a conectar. Antes del gol, el lateral izquierda llegó bien al fondo y sirvió para que Vadalá empuje, pero estaba adelantado. Del otro lado, no estuvo tan firme. Cometió una mano grosera que pudo ser penal y el árbitro, desde muy lejos porque era una contra, no observó. Después, un cabezazo de Vera en la boca del arco, se desvió en un defensor y se perdió apenas afuera.

Con la ventaja, el equipo de César Vigevani salió con otra confianza al complemento. Que casi la paga caro con una desatención a los 2′, un despeje fallido volvió demasiado rápido, Robledo quedó enganchado y Casa quedó mano a mano pero definió afuera y se perdió el empate. A partir de ahí, el local tomó la pelota y ganó en tranquilidad. Mucho más, cuando a los 8′, se la bajaron a Vadalá entrando al área y el exBoca la clavó abajo, contra la base del caño derecho: 2 a 0. Parecía que estaba terminado, porque Güemes no tenía argumentos y el segundo gol lo derrumbó. Estaba más cerca Alvarado del tercero, un centro de Fernández se cerró y pegó en el palo, no pasaba sobresaltos y jugaba con otra naturalidad.

Pero…si no sufre no es Alvarado. Y a los 21′, luego de un tiro libre en tres cuartos de cancha, que jugaron corto, se encontraron dos de los ingresados, Carruega encontró libre a Cano que definió al primer palo de Lungarzo y marcó el descuento para reavivar el partido. Se puso lindo, Güemes iba con lo que podía y el «torito», con muchos cambios, apostaba a la frescura y alguna contra para liquidarlo y no sufrir hasta el final. Y la realidad, que aunque no lo pudo definir, tampoco lo padeció, porque la visita no llegó con peligro, Alvarado fue inteligente, enfrió el partido, contagió con la entrega que le habían reclamado luego del partido en Paraná y se fue festejando el primer triunfo en el torneo, una victoria que vale más que tres puntos y en la que no sólo cambió la cara en el juego, sino (lo más importante), en la actitud.

Fuente: 0223

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