Argentinos fue un cúmulo de errores y Gimnasia de Jujuy no lo perdonó en el Diego Maradona. El Bicho sintió el mazazo del gol de Ereros antes del descanso, y luego intentó remontar, pero de contra, Acosta lo liquidó.
El Nacional B será más difícil de lo esperado. Argentinos, con sus grandes incorporaciones, es el rival a vencer, y cada equipo que pise nuestro campo saldrá a cerrar espacios y explotar los huecos que deja el Bicho. Así se dieron las fechas anteriores, y continuó este sábado. Será cuestión de encontrarle la vuelta a los planteos para que el camino del ascenso sea más placentero.
Sin Riquelme, Claudio Borghi repetía los once que empataron con Instituto. La idea seguía siendo la misma. Un medio con tres volantes centrales, y Ramírez y Lenis en ataque intentando desbordar para abastecer a Guerreiro. Pocas veces esta intención pudo progresar, en gran parte por la falta de juego asociado, y otro poco por la agresividad en la marca de Gimnasia, que en menos de 20 minutos ya tenía tres amonestados.
En defensa, Argentinos no la pasaba bien, especialmente cuando los jujeños lograban poner la pelota a espaldas de los volantes. La movilidad de Ereros era una pesadilla. Sin embargo, los de Mario Sciaqua no habían generado mucho peligro hasta que en menos de 5 minutos tuvieron 3 claras (incluyendo un tiro en el travesaño de Miranda). Eso fue un aviso.
El primer tiempo se moría cuando Ereros tomó la pelota en el área con tiempo y espacio para cruzarla y marcar el 1-0 para la visita. El batacazo de la fecha se daba en el Diego Maradona.
En el complemento el Bicho salió a buscar el empate. A los 5 minutos, Borghi decidió darle minutos a Menseguez en lugar de Zapata. Ramírez paso a la banda izquierda, y llegando desde atrás generó más peligro que como delantero. Además, el DT incluyó a Castillejos por Rodríguez, y la defensa pasó a marcar con 3 en el fondo.
Tras varios centros cruzados que no tuvieron el mejor final, la más clara llegó cuando Ramírez desbordó bárbaro, metió la pelota atrás para Castillejos, quien le dio de primera y un defensor cerró justo. Era la igualdad, que a esa altura era merecida.
El equipo había quedado jugado en ataque, pero Gimnasia no lograba hilvanar una contra hasta que a los 34, el Lobo encontró espacios de sobra para que el ingresado Acosta liquide el partido.
Si bien todavía quedaba tiempo en el reloj, el ánimo del equipo se fue a pique y ya no hubo vuelta atrás. En ese lapso, lo más rescatable fue la entrada de Rivero, que le aportó entrega e intentó siempre ir por el descuento.
El cachetazo fue duro, pero el torneo es largo y hay que mirar más allá. Ahora se viene Chicago, y sumar de a tres fuera de casa puede encarrilar otra vez el rumbo. Esta fue una tarde para olvidar.
Prensa Argentinos Juniors