El tricolor eliminó a Godoy Cruz de Mendoza por penales (4 a 2), luego de igualar sin goles y se metió en octavos de final. Moyano, otra vez héroe.
Villa Mitre eliminó esta tarde a Godoy Cruz de Mendoza, de la Liga Profesional, y se metió por segunda vez en su historia en los octavos de final de la Copa Argentina.
Luego de jugar un gran encuentro, que terminó igualado sin goles, el tricolor debió a llegar a los penales (ganó 4 a 2) y disfrutar nuevamente de Daniel Moyano (atajó el primero y desvió otro que dio en el palo), para terminar festejando con el gran número de gente que llegó hasta cancha de Temperley.
El equipo bahiense jugó un partido que rozó la perfección. ¿Qué le faltó para ganarlo en los 90? Ser eficaz en las que tuvo. Centímetros, detalles. Eso, ni más ni menos…
Es que el equipo de Carlos Mungo entendió claramente el partido que debía jugar, ante un rival dos categorías superior y que llegaba en buena racha.
Luego de algunos minutos de estudio, en el que cedió totalmente la iniciativa y le costó acomodarse al campo de juego, la Villa fue creciendo y de a poco fue el de siempre, el que todos conocen y que año a año anima el Federal A.
Lógico, tomó ciertos recaudos: sus líneas se pararon un poco más atrás de lo habitual, pero no por eso resignó jugar. Fue disciplinado, solidario en todos los lugares de la cancha y lo jugó con mucho coraje futbolístico, nunca rifó la pelota y se animó a tocar en corto cuando pudo.
No obstante, adelante la fórmula era clara y la ejecutó cada vez que pudo: aprovechar la velocidad de sus delanteros e intentar robar cuando los mendocinos salían, para encontrarlos desordenados y con muchos de sus jugadores por delante de la línea de la pelota.
Y atrás, ser un equipo corto y ordenado, pero también atento a todo lo que hacía Matías Ramírez, el más desequilibrante del Tomba que por momentos se volvió indescifrable y por otros se repitió jugando de izquierda hacia al centro intentando apoyarse en su pierna hábil. Luego anunció y falló su penal.
En ese contexto, Jara se volvió una pesadilla para la defensa tombina, no sólo por lo que corrió junto a Peralta (reemplazó a Tunessi, con una lesión muscular) para ensuciar la salida, sino porque no lo podían encontrar en la cancha. Cuando salió a pivotear lo hizo bien o generó faltas y cuando lo llamaron a su juego, fue indetenible.
Con la cancha de frente, Jarita explotó toda su velocidad y habilidad para complicar a los defensores.
De esa manera llegó la chance más clara de la primera mitad, con él llegando al fondo y centrando para Tapia, otro de los puntos altos, quien anticipó el cierre del defensor y definió apenas afuera.
Por si al primer tiempo perfecto le faltaba un intérprete, en la última apareció Moyano para sacar un centro-arco de Ramírez que fue más peligroso de lo que se presumía y evitar sorpresas en un momento clave del juego.
Lo que restaba era saber si Villa Mitre iba a poder mantener el ritmo, en una cancha en que la pelota volaba y ante un rival de Primera.
No sólo en el complemento pudo resistir, sino también que por momentos se sintió más cómodo, con un trámite de partido más abierto debido al lógico desgaste del correr de los minutos.
La Villa estuvo más fino en los quites y eso le permitió jugar tras pérdida y generar situaciones. Hasta una de Peralta que terminó en gol, pero fue anulado por offside (pareció por poco).
Además, con la experiencia de un equipo acostumbrado a jugar partidos importantes, empezó a ganar duelos individuales, jugadas chicas y manejar algunos momentos clave para no sufrir la reacción de Godoy Cruz que nunca llegó.
Encima, cuando pudo, tocó y se asoció, apoyado en una defensa firme, la buena labor de Cocciarini en el medio y el desgaste incansable de todos y más que nada de los delanteros, quienes fueron los únicos en salir para renovar el aire de un equipo que nunca sufrió y se plantó de igual a igual ante uno de los mejores de nuestro fútbol.
En los momentos finales, Villa Mitre volvió a cerrarse, armó el cerrojo y pasó los últimos minutos sin sobresaltos, para llegar -otra vez- a los penales, disfrutar -otra vez- de San Moyano y terminar -otra vez- festejando con su gente para llevarse la clasificación para Las Cinco Esquinas.
El objetivo de todos en el club sigue siendo el ascenso, pero Villa Mitre ya está entre los 16 mejores equipos del país y ahora puede brindar con un vino de Primera…¡Merecido!
La síntesis
Villa Mitre
Moyano 9
Dauwalder 7
Manchafico 8
F. Mancinelli 8
Formigo 7
Tapia 7
E. González 7
Cocciarini 8
M. López 8
Jara 8
M. Peralta 7
DT. Carlos Mungo.
Godoy Cruz
Zaracho 6
Arce 6
Salvareschi 6
Galdames 6
Meli 6
Leyes 6
N. Fernández 6
López Muñoz 6
M. Ramírez 7
Conechny 6
S. Rodríguez 6
DT. Daniel Oldrá.
PT. No hubo incidencias.
ST. No hubo incidencias.
Penales. Para Villa Mitre convirtieron Víctor Manchafico, Federico Mancinelli, Enzo González y Maximiliano López. Para Godoy Cruz anotaron Gonzalo Abrego y Tomás Conechny y fallaron Matías Ramírez (atajó Moyano) y Nicolás Fernández (dio en el palo, tras roce de Moyano).
Cambios. 71m. Cuenca por Peralta, 75m. Goberville por Jara, en Villa Mitre; 60m. Lorrosa, Eseiza y Abrego por S. Rodríguez, Meli y Leyes, 71m. Altamira por López Muñoz y 83m. P. Barrios por Salvareschi, en Godoy Cruz.
Amonestaciones. Formigo (59m.), en Villa Mitre.
Árbitro. Germán Delfino (7).
Cancha. Temperley (excelente).
FUENTE: LA NUEVA