Si querían armar una película con un guión desde cero, les aseguro que no les salía tan bien como lo que vivimos ayer en cancha de Newbery. Le dicen «La Madriguera». Muchos estuvimos en la boca del lobo.
Por Nicolas Galante – Corresponsal de Circulo Deportivo Nicanor Otamendi-
Desde que llegamos a Comodoro, recibimos advertencias constantes. «No salgan de rojo o con ropa de Círculo. Esta gente arregla todo a los tiros», nos decían. No creímos que podía ser tal cosa. Fue peor que lo que todos imaginábamos.
A las 11 fuimos con mis dos compañeros de Canal Mas a chequear si había forma de transmitir en vivo como todos queríamos. Llegamos con algunos equipos técnicos, revisamos ubicación y se nos puso a charlar un hombre que sería de alguna facción de la barra. «Ah, son de Otamendi, esa cancha no debería estar habilitada», «acá los visitantes no vienen nunca» y «si pierde el lobo nos quedamos con sus cosas y ponemos un Canal Jorge Newbery» fueron sus frases de bienvenida. La dirigencia, bien gracias.
Volvimos cerca de las 13. El lugar que originalmente nos iban a brindar, un pulmón, lo habían sobrevendido para popular. Terminamos sobre la losa de un buffet junto con los amigos de Radio Premier. Como marca personal, nos pusieron a tres de sus hinchas junto a nosotros. Intimidación o hasta intento de censura, díganle cómo quieran. Mientras tanto, todos hablaban por lo bajo señalándonos. Los que más se podían escuchar eran quienes nos cantaban «Vinieron a La Loma, no sé cómo se van».
El gol de Vértiz fue de lo más increíble que me tocó vivir. El silencio atroz que se generó en ese momento en la tribuna local solo se rompió por nuestros gritos. En vez de alegrarnos, estábamos buscando una salida de emergencia. Los siguientes 10 minutos se convirtieron en una práctica de tiro al blanco hacia nuestros amigos que viajaron hasta Comodoro a ver al Papero. Si hasta quien estaba sentado frente a nosotros tiró un botellazo.
En los penales, los tres hinchas se convirtieron en 10. Uno hasta me abrazó de atrás, me agarró el micrófono y empezó a gritar «Dale Lobo!».
¿Les digo la verdad? Jamás creí salir tan conforme con una derrota de Círculo. Nos metimos en un lugar con 5000 personas en contra y sin nadie que aplique paños fríos en la situación: el presidente también amenazaba a los hinchas que viajaron.
Cada uno tendrá su historia personal. Los hinchas de Newbery en los accesos a los vestuarios, el Pitu Barrientos amenazando hasta a mujeres y pibes, que a los 10′ del PT aún haya gente dentro de la cancha colgando trapos, el cierre de los baños, la gente dentro de la cancha mientras se pateaban los penales y corriendo por el techo de chapa del túnel, el árbitro, la ineficiencia policial…
Perdón por la extensión, pero me tocó participar de un partido en una Liga donde realmente no se puede jugar al fútbol. No solo la plata arruina al fútbol del interior, sino la delincuencia que vivimos gracias a la gente de Newbery.