Una lesión inesperada puso en duda la continuidad de Mauro Leguiza en el albo. Con la legada de Gabriel Zuvinikar se completa el plantel millonario.
Anoche arribó a nuestra ciudad Gabriel Zuvinikar para convertirse en el refuerzo número 14 de Gimnasia y Tiro, de cara al choque con Boca. Y todo parecía estar bajo control, al menos en función con los refuerzos, la pretemporada y la celeridad pretendida por Duilio Botella para arrancar en tiempo y forma con su planificación, teniendo en cuenta que solo el Colorado no pudo estar desde el día 1 de pretemporada en el hotel de la Liga Salteña.
Sin embargo, una lesión inesperada añadió un manto de incertidumbre con relación a uno de los arqueros que pidió Botella y que llegó para procurar hacerle olvidar a los hinchas a Darío Sand: Mauro Leguiza, quien padece desde el lunes un dolor en su rodilla izquierda que no lo dejó entrenar con normalidad, lo que alarmó al cuerpo técnico y, por ende, a los dirigentes, ya que se especuló que se trataría de una lesión meniscal de consideración que lo llevaría al quirófano y que podría dejar a Gimnasia sin uno de los arqueros con vistas a la doble competencia.
Incluso, el titular de la subcomisión de fútbol, Juan Carlos Ibire, no descartó la posibilidad de salir a buscar otro guardavallas a estas alturas.
“Trajimos a un arquero de 23 años que estaba en perfectas condiciones y precedido de buenos antecedentes; esperaremos y no descartamos buscar un reemplazo en caso de que sea una lesión grave”, le había dicho el dirigente a El Tribuno. Sin embargo, horas después, la resonancia arrojó solo una inflamación en el bíceps femoral de su pierna izquierda. No obstante, su competidor en el puesto, Damián Cebreiro, comenzaría a ganarle a Leguiza la pulseada por los tres palos ante Boca.
