El reparador de ilusiones

Una de las sorpresas de este campeonato sin dudas, es Leandro Carrasco. El defensor que da el todo por el todo por jugar en el club de sus amores.

Fuente y foto: MendozaGol

«La banda derecha es mía”, pareció decir algún día Carrasco. El joven de 22 años que nació jugando en Argentino, tuvo su momento de alejamiento de San José. A los 17 años, el Cuchu partió hacia Municipal, al tiempo voló hacia Villa Nueva para ponerse la camiseta de Murialdo, en el que estuvo tres años. Pese a ello, Leandro retornó a la Academia para buscar su propio lugar.

El 2014 será recordado por Carrasco, como el año en el que se le dio lo que anhelaba, y Leandro lo contó: “Sin dudas que éste fue mi mejor año, ya que no había tenido la posibilidad de jugar en la primera de Argentino, que fue por uno de los motivos por lo que me había ido del club”.

Sin dudas que con la llegada de Cloquell a San José, se vio una luz de esperanza: “Me generó un poco de intriga su llegada porque no lo conocía, pero además me generó esperanza para demostrar que quería tener un lugar en su equipo”.

“Quita Carrasco; Sale jugando desde el fondo Leandro; Revienta la pelota el Cuchu”, son palabras recurrentes en cada partido de Argentino y que ya se han instalado en los hinchas de la Academia. «Estoy en un muy buen momento, me siento mucho mejor y con más ganas de seguir mejorando. La gente que está relacionada con Argentino te saluda en la calle y te dan fuerzas para seguir por el buen camino. Esto me da orgullo a mí mismo” tiró el Cuchu.

Leandro analizó el horizonte inmediato: “Me gustaría seguir en Argentino un tiempo más mientras se pueda. Quiero seguir creciendo como jugador y si algún dia se da la posibilidad de pasar a otro lugar, bienvenido será”.

Sabido es que la economía de los clubes del ascenso no es suficientemente buena para que los jugadores puedan vivir de ello y Leandro no es la excepción. Dicen que la humildad hace grande a las personas. El Cuchu lleva su vida como puede, pero con un gran valor.

Carrasco trabaja en un taller de tractores: “Buonamico tractores”, que tiene especialidad en sistema hidráulico, en el cual es ayudante de mecánico y queda a 15 cuadras aproximadamente de su casa. Leandro lleva una vida en la que apunta a dos frentes diferentes. Las maquinas y la pelota. Dos realidades y una sola similitud: el tractor de la defensa académica.

¿Cómo es el día a día de Carrasco?

El Cuchu entra a trabajar en el taller a las 08:30h hasta las 13h del mediodía. Después, 90’ más tarde tiene que tener el buzo de Argentino puesto para encarar el entrenamiento de la semana. Cuando suena el: “Hasta mañana” del cuerpo técnico de la Academia, Leandro parte nuevamente hacia el taller para hacerse presente hasta las 20:30h (horario de salida).

El ayudante, tiene la facilidad de conocer a su jefe, quien ha sido ex dirigente de Murialdo, y Leandro contó las ventajas: “Por suerte mi jefe es un amigo. Cualquier cosa que no esté bien le aviso, pero igual nunca faltó. Los días que nos ha tocado jugar los sábados, me da el día libre, como también así cuando jugaba los partidos de liga los miércoles”.

Carrasco, quien vive con sus padres, contó el momento de su llegada al hogar y de los baluartes de su presente: “Cuando llego, mi familia me atiende para que pueda descansar. Le agradezco a dios por las cualidades para poder jugar. Después a mi familia, a mis amigos que son los que siempre están y también estoy agradecido a la gente del club que me abrió las puertas para poder volver. Por último al cuerpo técnico que me dio la oportunidad y un lugar en el equipo de Argentino”.

Leandro Cuchu Carrasco, jóven promesa de la Academia que entrega todo lo que tiene para ir en busca de un anhelo máximo: correr detrás de una pelota. Esfuerzo, sacrificio y humildad para uno de los motores que más fuerte ruge en el equipo de San José.