El defensor central no quiere despertar: llegó al Matador para ser titular, se afianzó en la zaga y le marcó un gol a Deportivo Maipú para que su equipo sea puntero. «Me sorprendió mucho lo que es este club», aseveró.
Por Cristian Castrillón (@castrillonce)
Centro frontal de Juan Pablo Francia, se eleva Rodrigo Burgos para peinarla y aparece Adalberto Goiri, tan solitario como sorprendido, para marcar la ventaja final con la que Talleres venció a Deportivo Maipú. El defensor central paraguayo que llegó a Córdoba para custodiar la última línea albiazul tuvo su premio a los diez minutos de un partido que pintaba bravo, pero que Talleres pudo resolver con personalidad. El gol tempranero calmó las aguas, por supuesto, y le dio un aplomo mayor al equipo. Las luces, esta vez, se las llevó Goiri, gran culpable de que hoy la «T» sea único puntero y se vea reforzado en el ánimo. «La victoria de ayer fue importantísima para nosotros, para estar fuertes anímicamente», le dice el autor del tanto a Interior Futbolero.
Si bien a Talleres no se le han hecho fáciles estas primeras cinco fechas, pudo sobreponerse a las dificultades y cosechar trece puntos sobre quince posibles. «Siempre buscamos mejorar en cada partido, pero los rivales juegan también. Estamos por buen camino», avisa Goiri.
El futbolista de 28 años llegó al país para jugar por primera vez en su carrera en el ámbito local. Hizo casi todo su recorrido en el fútbol paraguayo, en donde vistió las camisetas de Atlético Caaguazú, Tembetary, 2 de Mayo y Sol de América. Pero también registra una breve experiencia en el ascenso de España con el club San Cristóbal de la ciudad de Madrid. El fútbol nacional, afirma, es un mundo distinto al que siempre conoció: «El fútbol argentino es diferente al paraguayo, es más rápido y se corre más. Estoy adaptándome de la mejor manera». Sin embargo, pese a que reconoce que «la categoría (el Federal A) es muy competitiva», sostiene que el deporte se ha hecho «muy parejo» en todos los países y que «ya no hay diferencias y todos juegan de igual a igual».
Su historia es la de un trabajador que hoy puede realizar sus sueños. Antes de empezar su carrera como futbolista en Atlético Caaguazú a los 18 años, Goiri ejercía el oficio de carpintero. Hoy defiende la camiseta de Talleres en un Mario Alberto Kempes colmado y hasta se da el gusto de hacer un gol: «Me sorprendió mucho lo que es este club. En Paraguay había como máximo cien o doscientas personas en la cancha. Todo esto me sorprendió. Jugar en Talleres es un sueño que siempre busqué y que ahora se me está dando«.
Afianzado como el marcador central titular del Matador, Adalberto Goiri se prohíbe dejar de soñar. Y mientras grita el gol ante Maipú, se acuerda de tantos días de sacrificio.