Nicolás Reiriz: jugar al fútbol por sobre todas las cosas

Nicolás Reiriz siempre tuvo la misma pasión: jugar al fútbol. La vida le propuso una dura prueba pero él, lejos de acobardarse, decidió tomar el camino más difícil, ese que es para los valientes. Esta es la historia de Nico.

twitterPor Máximo Vera (Interior Futbolero)

«EN LAS ADVERSIDADES SALE A LA LUZ LA VIRTUD»

Nicolas Reiriz nació el 9 de agosto del 2009 en la localidad de San José-Entre Ríos y actualmente juega en el Club Social y Deportivo Achirense, “El Pollero” de Colonia Las Achiras. Proviene de una familia compuesta por sus padres, Adriana y Daniel, y un hermano mayor cuyo nombre es Pedro. La familia Reiriz posee un lavadero de camiones en San José y todos los días salen a pelearla como el resto de los argentinos. El fútbol es moneda corriente dentro del seno familiar. Daniel jugó toda su vida al fútbol, aunque nunca profesionalmente, y actualmente se desempeña como integrante del El Espinillo que se encuentra compitiendo en la liga rural. Adriana además de atender el lavadero también se encarga del cuidado de Nicolás y Pedro, que hagan los deberes, que no se peleen, llevarlos a entrenar y todas las tareas correspondientes para el cuidado y educación de sus hijos.

Nico, el más chico, nació con un problema en su columna. Meliomelingocele, mejor conocido como “espina bífida”, es una malformación congénita producida en los meses previos al parto que lamentablemente le produjo una falta de movilidad y atrofia muscular en ambas piernas, factor que lo llevó a usar silla de ruedas desde el primer momento.

Tuvo varias “luchas” en su vida que lejos estuvieron de quebrantarle el espíritu sino que lo llevaron a fortalecerse día a día a él mismo y también, como dice su mamá Adriana, a toda su familia y entorno. Esas luchas, en este caso, son todas las operaciones que pasó el niño a lo largo de su vida. Siete en total. La primera fue apenas nació cuando se lo intervino quirúrgicamente para colocarle una válvula en la cabeza y prevenir así una hidrocefalia, característica habitual en el meliomelingocele. La segunda fue una cirugía correctiva para tratar la anomalía de Arnold-Chiaris, luego otra para la médula anclada y pasó por otras dos más hasta la última, que fue en octubre del año pasado exactamente en el día de la madre, donde Nicolás tuvo una doble intervención para la colocación de una válvula en la médula espinal con el objetivo de la liberación de líquidos acumulados.

“USTEDES CORRAN CON LAS PATAS, YO CON LAS RUEDAS”

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A sus 7 años de edad, Nicolás se encuentra haciendo lo que las le gusta: jugar al fútbol. Hace varios meses atrás Achirense le abrió las puertas de su escuela de formación, la categoría en donde los más chiquitos dan sus primeros pasos en el deporte. Según relata Adriana, no fue fácil: “Luego de ver a su hermano (NdR: participa en la categoría 2005 del Pollero), Nico quiso empezar a practicar. No fue tarea sencilla. Fuimos primero a otro club y las trabas y “los peros” pusieron las cosas difíciles. Consulté en Achirense, primero con la actual entrenadora de la escuelita Nadia Erramuspe, luego con Javier Colaso y finalmente con el delegado del club. Todos nos dieron el visto bueno y de esa manera mi hijo se sumó al resto del equipo. De corazón, estoy por demás de agradecida con el club”.

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Ahora, Nicolás entrena todos los días junto a sus nuevos compañeros que lo recibieron con los brazos abiertos y lo integraron como a uno más dentro de sus filas. Practican todos los días en Sacachispas Colón, una cancha de fútbol 5, y los sábados tienen partido donde Nico lleva la 10 en la espalda: “Juego de enganche”, dice el niño en un tono de voz tímido pero firme y al consultarle de que club es hincha el no vaciló: “Soy de Achirense y de Boca. Mi ídolo es Carlos Tévez y mi sueño es verlo jugar en La Bombonera”.

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En cuanto a la personalidad del chiquitín tanto dentro como fuera de la cancha, su madre la describió de la siguiente manera: “Es un motivador nato, un guerrero de la vida, amigo y compañero excelente. Para describir mejor a mi hijo es necesario contar la siguiente anécdota: Un día, el hijo de una amiga que jugaba en una categoría avanzada de Achirense, decidió no jugar más. Las causas del repentino abandono del nene fueron, aparentemente, por aburrimiento. Entonces, un día, Nico se acercó, habló nada más que cinco minutos con él y enseguida le comunicó a mi amiga que quería volver a jugar lo antes posible. ¿Qué le dijo? Simplemente que si el podía jugar con sillas de ruedas por que el no iba a hacerlo. Creo que esta anécdota resume la personalidad de mi hijo. Estoy muy orgullosa de él”.

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