Talleres jugará ante Sol de América su tercera final por el ascenso a la B Nacional en menos de un año. Unión de Mar del Plata y Gimnasia de Mendoza fueron sus verdugos en las dos ocasiones anteriores, ambas en el 2014. Esta vez, el rival es indirecto: Defensores de Belgrano (VR).
Por Andrés González Casco (@AndresGonzCasco)
El día T se acerca. Desde la sufrida victoria ante Unión Aconquija, todo Talleres aguarda por la última fecha. El martes 27 de octubre (16.00 hs.) está marcado en rojo en el calendiario, y el sueño del pueblo Matador es que quede acentuado a futuro como el día en el que el Albiazul finalmente pudo romper el maleficio. Por tercera vez en menos de un año, jugará una final por el ascenso a la B Nacional.
Sol de América será el rival y el nuevo estadio del lote 34 de la Ruta 11 el escenario. Allí, este Talleres versión 2015 buscará lograr el regreso más esperado, ese que en el 2014 estuvo en dos ocasiones tan cerca pero que increíblemente se escapó. Primero, en aquel desempate ante Unión de Mar del Plata, disputado en Junín, que terminó 1-0 a favor del Celeste. Y después, en ese ida y vuelta contra Gimnasia de Mendoza, en la culminación de los playoffs, en el que la T tuvo todo a su favor (penal a favor y más de un tiempo con un hombre de más) pero ni aún así pudo.
Sin candidatos firmes en su zona, el Grupo 5 de aquel Federal A 2014, con un pasaje directo a la B Nacional a dirimir entre sus ocho integrantes, el ascenso estaba al alcance de la mano. Sin embargo, algo le faltó a aquel equipo dirigido por Guillermo Hoyos. Aún sin grandes figuras, la diferencia en jerarquía con respecto a los adversarios era notoria, pero nunca pudo ser plasmada en el 11 versus 11. Y en los momentos en los que la personalidad se anteponía al juego, tampoco hubo respuesta.
Las finales mencionadas anteriormente dejaron al descubierto las carencias, en cuanto al fútbol y a ese sello actitudinal. No obstante, hoy la historia es distinta, principalmente en el segundo de esos aspectos. Aún sin jugar como se le podría exigir (las críticas fueron sostenidas durante toda la temporada), la contundencia y la fuerza emocional fueron clave en este 2015. La presión por ascender se hizo sentir desde el comienzo de este largo campeonato, mucho más complicado que el anterior por el hecho de otorgar apenas dos ascensos (en el 2014 fueron siete). Sin embargo, el plantel jamás se cayó. Las victorias ante Juventud Antoniana en la 3° fecha del Tetradecagonal, frente a Deportivo Roca en la 4° y la racha de cuatro triunfos consecutivos que hoy ostenta, en el climax de la definición, son evidencia clara de la resistencia anímica más que de un equipo que juega bien.
Del 11 inicial que venció hace unos días a Unión Aconquija, sólo tres jugadores estuvieron también en la versión 2014: Ivo Chaves, Víctor Beraldi y Victorio Ramis. Refuerzos como Lucas Ischuk, Wilfredo Olivera, Rodrigo Burgos, Juan Pablo Francia, Aldo Araujo y Eial Strahman han renovado casi por completo y potenciado a este Talleres, comandado por un técnico especialmente contratado para la ocasión: Frank Darío Kudelka, de sobrada experiencia en el Ascenso. Quizás su mayor virtud no haya estado en lo futbolístico, sino en la cabeza de sus dirigidos, esa que deberá estar fría como nunca en el partido más importante del año.
A diferencia de las dos finales del 2014, esta vez el rival será indirecto: Defensores de Belgrano, que recibirá el martes en simultáneo a San Martín de Tucumán. Con tres puntos de ventaja sobre el Granate, Talleres depende sólo de Talleres. El peor de los escenarios sería un desempate, pero el equipo de Kudelka hará todo para impedirlo y regresar desde Formosa en la segunda categoría.