Regional
Trinidad cierra su labor y Villa Obrera ya la empezó

Lo atípico de la temporada en todo el mapa futbolero nacional cambió varias agendas en los clubes y en el Torneo Federal B los 4 equipos de San Juan que avanzaron a la Segunda Fase que comenzará el próximo 18 de enero, acomodaron sus realidades de diferentes maneras.
Tras el final de la Fase Clasificatoria, Atlético Trinidad no cortó su trabajo y se abocó a una mini-pretemporada que terminará hoy y que recién los tendrá de nuevo a todos reunidos el próximo 5 de enero. El técnico, Edgardo Herrera, decidió esa modalidad y hoy está más que conforme: “Apostamos a la responsabilidad del plantel y respondieron. Ahora, cada jugador se va a su casa por las fiestas de fin de año con sus deberes y cuando nos reintegremos, veremos cómo vuelven. El tema a resolver es la operación o no del arquero Leandro Evangelisti, que está buscando la mejor solución por ahora. Lo demás, en orden y sin problemas”, apuntó.
En la contracara, Independiente Villa Obrera había decidido licenciar a su plantel tras la clasificación y desde el lunes pasado, el plantel que conduce Marcelo Ontivero se reintegró al trabajo con un intenso plan de pretemporada que por ahora incluye salidas a las dunas casi diariamente. Seguirán trabajando hasta el martes inclusive y luego quedarán licenciados hasta el viernes 26 para repetir el mismo ritmo para Año Nuevo.
Los que recién volverán a trabajar el viernes 26 serán los planteles de Sportivo Peñarol y Atlético Alianza. En el Bohemio, la idea es realizar una tarea sin tantas cargas, sabiendo que en apenas 20 días más ya estarán en cancha. Por el lado de Santa Lucía, el receso no fue para nada tranquilo ya que se produjeron desvinculaciones de peso sumada a la que ya había protagonizado Rubén Ceballos. La dirigencia decidió separar del plantel a Daniel Garipe, Leandro Bonomo, Argumoza y sorprendió con la salida de Sebastián Pereira, quien fue titular en el último partido del Lechuzo cuando derrotó a Trinidad. La relación con el técnico Grabinski fue el detonante de un momento complejo para un equipo que había terminado primero en la zona clasificatoria.