Desde las 21 horas la provincia de Mendoza se paralizará, y por esta parte del país no se hablara de otra cosa que no sea del Atlético San Martín, que está a un paso de la gloria.
Lo que puede conseguirse en esta noche de miércoles está en la cabeza de todos los Albirrojos desde el 2007. Cada uno de los partidos que disputó San Martín desde ese año hasta la actualidad, tuvo ese motivo detrás. Finalmente, y después de mucha agua bajo el puente y un enorme sufrimiento, la chance está a 90 minutos. ¡Nada más que eso! Tan cerca y a la vez tan lejos.
Pero conseguirlo no será fácil. Enfrente se parará un conjunto durísimo, y que mostró los pergaminos que lo trajo al último match. Habrá que cuidar las corridas de Lautaro Robles, la gran pegada de Héctor Echagüe, la viveza de Fernando Araujo, y la seguridad de los dos centrales para despejar todos los centros que caen en el área.
Habrá que ver si el resultado a favor hace que DEPRO se tire atrás y trate de jugar de contra, apostando a que San Martín no convierta en esos primeros minutos. Y ahí se abre otra de las claves del partido: la presión de la gente. Habrá que entender que son 90 minutos, y que no hay que desesperarse si el resultado no llega en los primeros instantes. Tarde o temprano, el León golpea y pasa al frente.
Las goleadas (Ballofet, Andes, Guaymallén, Brown de Lules, Unión Santiago) y las sólidas victorias en casa (Pacífico de Alvear, Palmira, Huracán de San Rafael, Alianza, Trinidad y Peñarol de San Juan), hacen que creamos en la hazaña. Pero sobre todo los Chacareros depositan la confianza en un grupo que tiene hambre de gloria, deseos de progresar y convertirse en héroes. Acompañados por alguna ayuda mística que viene desde el cielo.
Busciglio pondrá lo mejor que tiene a disposición: El 11 ideal que juega de local se hará presente. Ya no hace falta nombrarlos, salen de memoria… como saldrán de los recuerdos si se logra el resultado esperado.
El León se despertó de la siesta, se sacudió la melena y comenzó a ordenar la selva en la que alguna vez supo reinar. Ahora está frente a la batalla final para retomar ese liderazgo. La historia está esperando a ser tomada, hay una cita pendiente con el destino que debe ser aprovechada. Para bien o para mal, después de las 11 de la noche ya nada será igual.