SANSINENA (Gral. Cerri) 3-1 LINIERS (Bahía Blanca)
Quinta a fondo, ruta libre de obstáculos y nada de andar perdiendo puntos por el camino. Este es otro equipo, muy distinto al que dirigió Sergio Mazza en las primeras seis fechas del torneo, y ese cambio tan grande lo está reflejando en un hecho concreto: es el único participante del actual Federal A que pudo conseguir cinco éxitos en fila.
Lo de Sansinena es sencillamente sensacional. Un poco sí y lo reconozco, aunque en general no me llamó la atención verlo convencido de lo que piensa para ganar sabiendo lo que hace.
Hoy empezó perdiendo con Liniers, pero es tanto el estrés psicológico que le genera al adversario que se termina imponiendo por cansancio. Atacan todos y defienden todos, al momento de acelerar tuvo una marcha más que el Chivo y para dar vuelta el resultado sacó a relucir una gama de variantes que no sé si otro elenco de punta las puede llegar a tener.
Es evidente que Darío Bonjour formateó la memoria de este conjunto cerrense que cambió hasta de identidad. Ya no es más ese conjunto apachuchado, temeroso, desalineado y muchas veces demacrado. Ahora goza de ciertos privilegios plebeyos, es vigoroso, fulgurante y hasta te hace temblar cuando en zona de gestación te agrupa a los laterales con los volantes externos y a los mediocampistas internos con los delanteros.
Partiendo de la base que enfrente tuvo a un adversario sin peso ofensivo, light y sin gusto a nada y que desperdició un montón de pelotas paradas, la única arma que lo podría haber reinventado en ciertos pasajes del encuentro, el dueño de casa lo mareó con un 4-1-3-2 que mutó a un 4-1-4-1 o a veces a un 4-1-2-2-1.
Porque el juego se rompió detrás del doble cinco albinegro (Barez y Lefiñir), donde Bowen y Recalde avanzaron libres de marcas y siempre con el arco enemigo de frente. Al revés de muchos equipos, el tripero sacó réditos llevando el balón de adentro hacia afuera, copando los carriles durante todo el cotejo.
El visitante, desenganchado entre líneas, porque los volantes están lejos del delantero (Falucho Herrera) y colaboran poco en el retroceso y las persecuciones, se despabiló cuando el DT Nicolás Ballestero metió tres variantes juntas (Onorio, Cerato y Mc Coubrey) y modificó el esquema: 4-1-2-3.
El albinegro abrió los ojos y juntó coraje, aunque el local, parado varios metros más atrás en la etapa complementaria, armó un doble cinco de contención y trabó el trámite con candado frente a un rival poco insistidor y sin consistencia. Es más, Amieva era el único delantero albirrojo en cancha y estaba fusilado, entonces la pregunta podía ser: ¿para qué mantener la línea de cuatro defensores? Después entró Sarrautte por Benavídez, pero ya era tarde, Sansinena lo iba a cocinar enseguida con un 3-1 que tranquilamente podría haber llegado un rato antes.
A los 35, Fiol agarró fuera del área a Cerato cuando el pibe se iba solo hacia la valla de Abraham. El 2 interrumpió una manifiesta oportunidad de gol y recibió tarjeta amarilla por parte del árbitro bahiense Bruno Bocca. Era roja.
Ni eso aflojó a un Sansinena sobrepasado de confianza, pero confianza de la buena, esa que te hace creer sin descreer, que te permite crecer sin desmerecer, en definitiva que lo hace ir en quinta a fondo y sin bandera a cuadros a la vista.