



ESTUDIANTES (RÍO CUARTO) 1 - ESTUDIANTES 1
El equipo riocuartense sigue sin poder quebrar la racha de igualdades como local. Anoche fue 1 a 1 con su homónimo bonaerense, en un encuentro cuyo resultado fue justo. Lo que viene será Mitre en Santiago.
Por la fecha 23 del torneo de la Primera Nacional en el Estadio Candini, Estudiantes de Río Cuarto y su homónimo de Caseros empataron en un tanto. Fernando Evangelista a los 24 de la primera mitad y Franco Pardo a los 46 del mismo período fueron los autores de los goles.
En una noche desde lo climatológico súper apetecible para ver fútbol, el equipo de Acuña continúa en la senda de los empates que no le permiten escalar posiciones en esta Zona A de la Primera Nacional.
En comparación con los últimos encuentros, el equipo riocuartense cambió de esquema para volver a la línea de cuatro defensores muy utilizada al comienzo del ciclo.
Damián Adín, Franco Pardo, Gonzalo Maffini y Lautaro Formica más Brian Olivera en el arco fue el armado de esa última línea. Con Gastón Bottino, Francisco Romero, Nahuel Cainelli y la primera vez como titulares de Matías Morales y Federico López, en un poblado mediocampo junto con el voluntarioso Marcos Arturia en el centro del ataque.
La idea de Acuña de volver a ese esquema era también regresar a los primeros fundamentos y conceptos de tenencia absoluta que en los últimos encuentros con la línea de cinco desaparecieron en parte.
En frente, un Estudiantes de Caseros que en términos numéricos vive un presente similar al equipo de Río Cuarto y que todavía está en ese proceso de adaptación a las ideas de Fernando “Teté” Quiroz como entrenador, cumpliendo apenas un mes en el cargo.
Desde lo posicional fue muy similar en el armado que su homónimo, con Centurión en el arco, cuatro en el fondo, Randazzo, Zurbriggen, Evangelista y Ostchega, dos extremos punzantes como Acosta y Di Renzo, un gran doble cinco de diferentes características en el centro del campo, como Pelaitay, una de las figuras, y Rinaldi, de clase total y amplio panorama, también de gran partido. Más Sebastián González de media punta y Toloza como referencia de área.
Los bonaerenses fueron mucho más directos, pragmáticos y prácticos en casi todo el partido.
Bien vale decir que los primeros veinte minutos estuvieron marcados de suma imprecisión y donde hubo realmente poco para destacar.
Los riocuartenses, con mucha tenencia pero en zonas de poca influencia, y los de Caseros observando el panorama sabiendo que así riesgo no les generaban.
La apertura del marcador llegó a los 24 con una gran pelota detenida desde el sector izquierdo del ataque, ejecutado por González con maestría y cabeceada por el capitán Fernando Evangelista de gran manera para estampar el uno a cero cuando parecía que poco pasaba.
Luego de eso, vinieron los mejores momentos del equipo de Quiroz, con Di Renzo y Rinaldi como generadores y hombres punzantes, mientras que los de Acuña quedaron sometidos a sus imprecisión y falta de ofensividad. Lo de Arturia era más despliegue y voluntad, sabiendo que era muy difícil que alguna pelota le pudiera quedar. Se ve reflejada claramente la apatía ofensiva de un equipo que en el campeonato lleva apenas quince goles convertidos.
En la última del primer tiempo y cuando ya los de Quiroz pensaban en el descanso y con la ventaja, llegó el empate de Estudiantes. En lo que primero parecía una jugada aislada, nacida de los pies de Olivera con un saque de arco que puso justamente en posición ofensiva a Marcos Arturia, quien lejos del arco de Centurión y cerca de uno los tiros de esquina, sufrió una falta de Evangelista que le entregó una pelota parada al Celeste. Centro de Romero, remate pifiado de Adín y el oportunismo de Franco Pardo, el mejor jugador del León, decretó el empate, cuando nadie lo esperaba.
El corazón, fútbol, solidez y hasta instinto ofensivo destacan a Franco Pardo, quien ha jugado más del noventa por ciento de los minutos en el torneo y convertidos dos goles.
Segundo Tiempo
El empate en la última del primer tiempo tranquilamente podría haber supuesto para los riocuartenses un quiebre emocional en el juego y que seguramente hubiese producido el efecto contrario en el rival. Cuando esperábamos esa reacción, el complemento se vio de la misma manera que el primer tiempo. El Pincha teniendo más la pelota, pero sin peligro, y lo propio Estudiantes, defendiéndose y aprovechando alguna contra.
Fue importante el ingreso de Ceresole por Federico López; el ex Tiro de Morteros aportó despliegue e inquietó mucho por ese sector.
De los pies de Matías Morales en la mejor del segundo tiempo, tuvo Estudiantes la victoria, con una gran contra, que ganó bien Ceresole y también Arturia para que le quede el remate franco al volante que mandó su disparo por encima del horizontal.
La tesitura continuó siendo la misma, sin grandes chances para ambos y con la sensación de que el resultado era justo. Los restantes cambios de Acuña y Quiroz poco se hicieron sentir en la cancha y el destino de empate estaba consumado.
Le cuesta mucho a Estudiantes en ofensiva, indudablemente ese es el punto a mejorar para confirmar lo que se observa de la mitad hacia atrás, con una solidez interesante.
Lo que viene ahora será un viaje a Santiago del Estero para jugar contra Mitre.
Fuente: Puntal























